El perol sideralAlfredo Martín-Górriz

Francisco Franco, generalísimo de la Inteligencia Artificial

El caudillo empieza a imponerse en determinadas batallas en recuerdo de su retranca gallega

Franco rodeado de Teletubbies, Franco vestido de torero, Franco en el campo ataviado con pieles de troglodita junto a un fiel perro, Franco mirando el whatssap en su teléfono móvil, Franco cogiendo de la cintura a la Mujer Maravilla, Franco dándole un beso a Dua Lipa, Franco tocando el órgano en una iglesia, Franco con una armadura medieval, Franco con la indumentaria de Don Quijote, Franco montado en un dragón junto a Daenerys Targaryen, Franco junto al pato Lucas y Bugs Bunny, Franco en un lavadero de coches, Franco con mantita en el sofá viendo un episodio de Breaking Bad, Franco y Hitler con los uniformes de innumerables equipos de fútbol, Franco y Hitler tomando cervezas en un bar lleno de carteles de folklóricas, Franco y Hitler como astronautas en un planeta desconocido, Franco y Hitler jugando al baloncesto...

En tan sólo unos días desde el lanzamiento de la inteligencia artificial de XTwitter, llamada Grok 2, Hitler, y especialmente Franco, se han convertido en las estrellas de la sección de imágenes vistos desde una óptica humorística, incipientes estrellas pop en un país cuyo Gobierno acaba de anunciar numerosas actividades el año que viene para conmemorar la muerte de aquel cuyo cadáver profanó el 24 de octubre de 2019. Las burlonas creaciones de la gente, muchas veces llenas de socarronería y agudeza, contrastan con la compulsiva obsesión de los políticos de toda índole por revivir supuestas afrentas de la guerra civil y de la mal llamada dictadura para utilizarlas como objeto propagandístico cada vez más burdo y torpe.

Se observa en las imágenes de la IA una evidente intención de incordio y protesta ante la censura de los medios convencionales y las tendencias políticas liberticidas de las democracias liberales.Pero, junto a la guasa, subyace una indudable búsqueda de la verdad, un impulso colectivo por conocer el pasado español y europeo sin historias tergiversadas ni embustes reiterados.

El constante intento de dinamitar la información objetiva sobre el franquismo está produciendo, poco a poco, un curioso efecto Streisand que podría convertir las actividades gubernamentales contra Franco del año que viene en una reivindicación sobre su figura, cada vez, por cierto, más popular entre los jóvenes, que carecen de toda esperanza sobre su futuro laboral y familiar. Al mirar atrás, sin embargo, contemplan como hace décadas España era un país próspero, lleno de propietarios de sus hogares, con unas cifras ínfimas de paro y octava potencia mundial.

Entre tanto, en Córdoba se van preparando poco a poco nuevas profanaciones, como la del general Ciriaco Cascajo, con la reciente eliminación de su nombre de un espacio de la base de Cerro Muriano, la solicitud de eliminar su reconocimiento como hijo predilecto de la ciudad, o el propósito de retirar la lápida de su tumba, pueriles preámbulos del escarnio por venir en el cementerio católico, lugar perpetuamente mancillado por las «investigaciones» de las fosas comunes, cuyos trabajos se extienden a propósito como sacrilegio avalado por las instituciones.

La libertad propiciada por las redes sociales está, sin embargo, suscitando un movimiento en contra de estas políticas, cada vez más difíciles de sostener, tanto por su naturaleza degradada como por el fácil acceso a los datos fehacientes e imparciales que la contradicen. El ominoso chiringuito de la memoria histórica se va resquebrajando, y por ello, y ante los innumerables casos de corrupción, el Gobierno decide exacerbarlo hasta límites de caricatura.

En frente, las caricaturas de Franco generadas por IA se convierten en inesperado ariete contra los necrófilos, mostrando dos mundos completamente distintos, uno alegre y repleto de humor, el otro capaz de revolver las sepulturas. ¿Ganará el invicto caudillo esta guerra después de muerto? Pues parece que, al menos, empieza a imponerse en determinadas batallas en recuerdo de su retranca gallega. Estamos ante un imprevisto e inesperado Generalísimo de la Inteligencia Artificial.