Libertad con rabia
Después de un año plagado de aberraciones democráticas, equilibrios imposibles y estrategias perversas al servicio de Sánchez, 2025 ha comenzado impetuoso para no ser menos y promete convertirse en un nuevo cóctel de sectarismo, indigencia moral y tropelías ad hominem en la actividad diaria del Gobierno de España.
Sorprende sobremanera la facilidad con la que los intereses políticos del momento intentan doblegar la historia, cuartearla y reinventarla sin el más mínimo atisbo de rubor, pudor, conciencia crítica o cualquier otro signo de reflexión, duda o vergüenza en el comportamiento humano.
La campaña Franconstein del Gobierno de retales, con 100 actos para conmemorar la muerte del dictador (con comisionada, comité científico y fastuosos gastos incluidos) es tan esperpéntica que es difícil encontrar algo parecido a lo largo de la historia de la humanidad. Solo espero que no se cumpla la afirmación de Virgilio de que «la fortuna está al lado de quien se atreve», porque el nivel de osadía y atrevimiento es sobrenatural, con un dislate de tal dimensión que se hace complicado entender que encuentre cobijo en mentes supuestamente bien formadas y no reciba con contundencia el rechazo que merece.
Ubicar en la plácida muerte del dictador la libertad sin ira de Jarcha estimula el sistema límbico, ese que controla nuestras emociones hasta unos niveles que pueden provocar un daño irreparable a las personas no abducidas por el sanchismo gástrico, es decir, a las personas normales. Por lo que puede ser de órdago la epidemia de insomnio, ansiedad, depresión, estrés postraumático o pérdida de memoria.
Este último trastorno no requeriría tratamiento ya que está plenamente identificado como objetivo del satrapismo que nos gobierna. Para el resto, ya se encargaron, desde el ministerio controlado (que no gobernado) por la ministra García, de desaconsejar terapias clásicas, alabando las bondades de afiliarse a un sindicato o a determinadas asociaciones progresistas con el fin de restablecer los equilibrios en nuestra salud mental. El mismo ministerio que pretende acabar con el modelo MUFACE sin planificación ni más alternativa que colapsar los servicios de salud autonómicos, aunque quizás sea eso lo que se pretende.
Antología del disparate y sucias argucias que destrozan un país y merman nuestro bienestar físico, psíquico y emocional. Todo concebido como complemento perfecto a una reforma legislativa retroactiva que pretende sanear las necrosis familiares y políticas de un Gobierno autoritario que unge la muerte en la cama del dictador como icono de la libertad, que no duda lo más mínimo a la hora de utilizar los recursos del Estado al servicio de sus perversiones y que está presto para encorsetar los derechos que consagra nuestra Carta Magna. La pretendida «Ley Begoña», con la fiscalía pendiente de su dependencia, no es más que otro paso hacia la impunidad de un presidente y sus acólitos, que consideran hace ya mucho tiempo que pisan tierra firme para doblegar al Estado de Derecho.
Si en 1976 se utilizó la canción de Jarcha Libertad Sin Ira como recurso publicitario para promocionar la salida del periódico Diario 16, no estaría mal que en este tiempo en el que se ataca la libertad de expresión por parte de quien más tendría que defenderla, los medios de comunicación comprometidos con nuestra democracia promoviesen una nueva canción con un título que podría ser el de «Libertad Con Rabia». Rabia para defender el legado de la transición. Rabia para respetar nuestra historia. Rabia contra los dictadores vivos y los autócratas. Rabia hacia los delincuentes y rabia para convivir en libertad.
Los demócratas no podemos permitir que la política sin principios destroce nuestro sistema límbico, porque corremos el peligro de caer en el limbo del olvido, de la indiferencia y la desconexión con la realidad. Se hace necesario más que nunca un gran NO al olvido, porque, parafraseando a Bécquer «donde habite el olvido, allí estará nuestra tumba».
Bartolomé Madrid Olmo es Diputado en el Congreso y alcalde de Añora