El rodadero de los lobosJesús Cabrera

Más vuelos, por favor

«Si hay respuesta, habrá mejora; si no la hay, no. Son las leyes del mercado»

Fitur ya no es lo que era. Ifema sigue atrayendo cada año a todas, absolutamente todas, las autoridades nacionales, desde el Rey al último concejal de Cuenca, pero ha dejado de ser la excusa para unos días en Madrid y que me quiten lo bailado.

Antes se volvía de Fitur con cantidad de folletos, los pies doloridos y el estómago echado a perder por la saturación de croquetas. Había una percepción de improductividad porque los frutos eran difíciles de ver. Ahora -y ojalá la racha dure- se regresa de la Feria Internacional del Turismo con las manos llenas. La ciudad de Córdoba no se puede quejar de los dos últimos años con el anuncio de vuelos y más vuelos para el aeropuerto cordobés.

Si lo de las compañías aéreas ya no da más de sí hay que pensar en algo positivo para el año que viene, porque después de dos años de buenas noticias desde Fitur no se puede volver a cero y rentabilizar otra vez como logros el número de reuniones con turoperadores, que estarán muy bien y podrán ser fructíferas, pero que al ciudadano de pie, que es quien paga todo, no le satisface.

Lógicamente los acuerdos con las operadoras aéreas no se cierran en el pabellón de Córdoba o el de Andalucía, pero es allí donde se anuncian con motivo de Fitur, lo que tiene su lógica. Es la manera de rentabilizar la presencia en Ifema con algo tangible.

Este año tendrá nuestro aeropuerto tres líneas operando: Binter, Air Nostrum y Vueling. Esto era algo inimaginable hace tan sólo unos meses. De momento, podemos volar a Palma de Mallorca, Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria, que no está mal. Es un magnífico punto de partida para rentabilizar la estratosférica inversión realizada en el aeródromo en las últimas dos décadas.

De la rentabilidad de esta operación depende tanto el mantenimiento de estos servicios como su ampliación en el futuro a otros destinos. Si hay respuesta, habrá mejora; si no la hay, no. Son las leyes del mercado.

Pero el aspecto más positivo de la presencia de tres compañías aéreas es que el beneficio es recíproco. Si Córdoba amplía sus plazas hoteleras se puede beneficiar todo el mundo menos los cordobeses, pero en el caso de los vuelos no es así. Los aviones aterrizan y despegan; es decir, van y vienen, traen gente y nos pueden llevar a otros destinos. Llegarán turistas de Canarias, Barcelona o las Islas Baleares, pero también nosotros podemos viajar hasta allí, lo cual no está mal, sobre todo en verano.

Efectivamente, todo es susceptible de ser mejorado, pero este punto de partida ya es de por sí histórico, porque el aeropuerto cordobés no ha tenido en su historia tantas compañías ni destinos. También se podrá incorporar una aduana, lo que ampliaría considerablemente los vuelos internacionales, y se podrían mejorar muchas cosas más, pero que en 2025 tengamos esta oferta es motivo más que suficiente para estar contentos.