editorialLa Voz de Córdoba

Córdoba y su legado sacro: el Vía Crucis Magno

Actualizada 04:30

El anuncio de que Córdoba acogerá un Vía Crucis Magno en octubre de este año, con motivo del 600 aniversario del inicio del rezo del Santo Vía Crucis en occidente, marca un hito en la vida cofrade de la ciudad. La Agrupación de Hermandades y Cofradías ha comunicado que, bajo el lema «Córdoba, Vía Sacra de occidente», se desarrollará un amplio programa de actos que combinarán liturgia y cultura, con el respaldo del Obispado y el Cabildo Catedral. La noticia ha despertado entusiasmo, pero también dudas sobre su organización y repercusión en el mundo cofrade.

El impacto de esta celebración trasciende el ámbito religioso. No se trata solo de un evento de fe, sino de una manifestación que reivindica la raíz histórica de Córdoba como cuna del Vía Crucis. El beato Álvaro de Córdoba, cuya figura será recordada con esta efeméride, inició en 1425 la práctica devocional que ha pervivido hasta nuestros días. Con este Magno Vía Crucis, la ciudad reafirma su identidad como epicentro de la tradición cristiana en occidente.

No obstante, la forma en que se ha dado a conocer la noticia ha generado sorpresa y cierta inquietud entre las hermandades. A diferencia de eventos anteriores, como la Regina Mater o el Vía Crucis de 2013, el anuncio se ha realizado mediante una nota pública sin una consulta previa con las cofradías. Esto ha suscitado preguntas sobre la participación y el grado de implicación de las distintas hermandades en la organización. La falta de información concreta, como qué imágenes formarán parte de las estaciones, deja abierta una incertidumbre que debería ser despejada en las próximas semanas.

La dimensión diocesana del evento abre la posibilidad de incluir hermandades de toda la provincia, lo que podría enriquecer la celebración. El Magno Vía Crucis podría convertirse en un acto de evangelización en tiempos de creciente secularización. Esta vocación misionera es uno de los argumentos que respaldan la pertinencia del evento, siempre que se organice con el debido rigor.

Sin embargo, también se han alzado voces críticas que advierten sobre la proliferación de actos extraordinarios que podrían desvirtuar la esencia de la Semana Santa. La frecuencia con la que se celebran magnas en distintos puntos de Andalucía podría restar singularidad a estas manifestaciones, generando un desgaste en la participación y la implicación de los fieles.

El reto para la Agrupación de Cofradías será conjugar la relevancia histórica del evento con una organización consensuada que garantice su éxito. Para ello, es fundamental que se establezca un diálogo con las hermandades y que se ofrezcan detalles concretos sobre la participación, los recorridos y los actos paralelos. Si esto se consigue, el Magno Vía Crucis podrá convertirse en un gran acontecimiento para la fe, la religiosidad popular y el patrimonio cultural de Córdoba, proyectando su legado espiritual más allá de sus fronteras.

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