En una ciudad como Córdoba, donde el turismo cultural es uno de los pilares fundamentales de su desarrollo, los datos no pueden ser una intuición ni una corazonada. Deben ser una certeza. El estudio presentado por el Cabildo Catedral, basado en más de 214.000 encuestas analizadas, marca un importante hito en la forma de gestionar el patrimonio monumental de la ciudad. No se trata solo de saber si gusta o no la Mezquita Catedral - aunque un 97,4 % de satisfacción y recomendación lo diga todo- , sino de construir sobre certezas, identificar lo que funciona y lo que necesita mejorar, y hacerlo con rigor y transparencia.
Las encuestas de satisfacción a los usuarios son hoy una herramienta habitual también en el ámbito turístico y cultural, pero en este caso hay que destacar el alcance, la continuidad y el respaldo metodológico que tiene este estudio. Es especialmente relevante que sea el Cabildo quien haya decidido liderar un proceso de escucha activa no solo con los visitantes, sino también con los agentes sociales, económicos, culturales y académicos. Que una institución con siglos de historia- y en ocasiones injustamente tratada- se someta voluntariamente a una evaluación estadística externa es un ejercicio de madurez institucional y de transparencia que merece ser reconocido.
El estudio revela muchas cosas. Algunas, previsibles: que el bosque de columnas fascina, que la limpieza y la atención personal se valoran, que se puede mejorar la señalización interior y actualizar las audioguías. Pero otras son menos obvias: como que solo el 8 % de los visitantes utiliza guías profesionales, o que una oferta relativamente nueva como la Ruta de las Iglesias Fernandinas obtienen incluso mejor valoración que el propio monumento. Son pistas valiosas, no solo para el Cabildo, sino para todo el ecosistema turístico de Córdoba.
La clave está en lo que viene ahora. Porque escuchar no sirve de nada si no se actúa. El compromiso anunciado por el Cabildo de convertir estos datos en planes estratégicos, y de repetir periódicamente el seguimiento, apunta en la dirección correcta: convertir la gestión patrimonial en una tarea compartida, dinámica y exigente. Córdoba no puede permitirse ser complaciente con su mayor tesoro. Tampoco vivir solo del prestigio acumulado. Si la Mezquita Catedral es uno de los monumentos más visitados y valorados de España, que también lo sea por cómo se gestiona. Este estudio es una muestra más de una gestión impecable con ánimo de ser mejor.
Y una llamada, también, para que otras instituciones y agentes tomen nota.