Iglesia
Promueven la canonización del Beato aguilarense Nicolás María Alberca
Aguilar celebra su festividad cada año el 10 de julio, con cultos y una procesión en su honor
El beato franciscano aguilarense, Nicolás María Alberca, podría alcanzar la gracia de la santidad próximamente. Como ha informado la Diócesis, se trata de uno de los ocho franciscanos martirizados en Damasco la noche del 9 al 10 de julio de 1860.
Nació en Aguilar de la Frontera el 10 de septiembre de 1830. Después de una juventud laboriosa y piadosa, y de prepararse en distintos lugares para el sacerdocio, vistió el hábito franciscano en el Colegio para misioneros de Tierra Santa de Priego (Cuenca) el 14 de julio de 1856. Recibió la ordenación sacerdotal en 1858, de manos de Mons. Luis Amigó, y desembarcó en Jafa en febrero de 1859. Pronto lo enviaron a Damasco a aprender el árabe, y allí lo sorprendió la revuelta de turcos y drusos que segaron las vidas de los frailes de aquella comunidad. Fueron beatificados por Pío XI en 1926.
Ya el Papa Pio XI dio un primer paso concediendo la beatificación a los once mártires en una ceremonia celebrada en el Vaticano el 7 de octubre de 1926. Desde entonces no se habían movido fichas en la Iglesia para elevarlos al rango de santos.
La orden franciscana conserva en Santiago de Compostela y Sevilla más de veinte cartas escritas por el beato aguilarense entre los 24 y los 30 años, así como en el Monasterio de San José y San Roque de Aguilar de la Frontera. Muchas de ellas iban dirigidas a su madre poniendo de manifiesto un intenso amor filial y un recuerdo a su familia. Su festividad se celebra cada año en Aguilar el 10 de julio con cultos y una procesión que pasa por la puerta de la casa en la que vivió.