Miguel Ángel de AbajoJesús D. Caparrós

Pregón de la Fuensanta

«Cuando suena una campanita de la Fuensanta, nuestra memoria más amable se activa y su tintineo es como un carrusel de ángeles»

Miguel Ángel de Abajo pronuncia el pregón dedicado a la patrona de Córdoba, reivindicando la actualización de unos ritos con más de 600 años

«La campana es agua, tierra, sol, aire... La campana, cuando suena, suena a los cuatro elementos de la Naturaleza aliados en una química creadora que da lugar a un producto sólido, ingenuo, infantil, risueño, entrañable... Un objeto que nos acerca a lo más querido de nuestro ayer personal, afectivo y familiar, porque a ti, a ti, a ti, a usted, a mí también, a todos nos han regalado, alguna vez, una campanita de la Fuensanta».

Con esas palabras comenzaba, en la noche de este jueves, el pregón de la Velá de la Fuensanta, que pronunciaba el reconocido cofrade y pregonero de la Semana Santa de Córdoba, Miguel Ángel de Abajo. Una intervención emocionante, con un punto reivindicativo, con giros drámaticos que el pregonero domina a la perfección y, sobre todo, con la patrona de Córdoba como protagonista.

La figura de la campana centró los primeros compases de un discurso intenso, breve y de notable calidad. El agua de la Fuensanta sería la siguiente metáfora sobre la que el pregonero centraría su mensaje, para, con un lenguaje distendido, recurrir al pasaje bíblico de las Bodas de Caná .

El apartado lúdico de la Velá fue el siguiente punto que De Abajo señaló en su pregón. Un apartado en el que hubo espacio para un poema dedicado a la faceta gastronómica de la Velá, en concreto, al salmorejo. Como también hubo espacio para reivindicar la cultura y para recordar que, durante el pregón, Nuestra Señora de la Fuensanta estaba en la calle, «la Virgen está de vuelta, no tiene prisa por llegar a este pregón que a Ella se le dedica, por eso se está recreando en las calles de Córdoba y nosotros la esperamos aquí, con nuestra campana de la Fuensanta».

Ello para terminar con unos hermosos versos dedicados a la patrona, que, «bajo su manto azul cabe / el barrio que la cobija,
¡Ay, barrio de la Fuensanta!, / qué suerte tienes, qué dicha, / porque tu Reina es la Virgen, / Madre, Vecina y Amiga, / la Virgen de la Fuensanta / que a toda Córdoba cuida, / y en Córdoba la celebran / ¡campanas de la alegría! / ¡campanas de barro blanco! / ¡campanas de Ave María!».