Procesión del Niño Jesús de la CompañíaJesús D. Caparrós

Crónica

La primera procesión del año llena las calles del centro

La salida procesional del Niño Jesús de la Compañía estuvo acompañada por la agrupación musical Afligidos de Puente Genil

Aunque solo pasaran pocos días de la anterior salida (la del Divino Pastorcillo de la Pastora de Capuchinos), el efecto psicológico de ser la primera procesión del año se deja notar. Y lo hizo en las numerosas personas que se dieron cita en el corazón de Córdoba, para disfrutar del paso del Niño Jesús de la Compañía.

Una cita en la que la hermandad del Santo Sepulcro cuida cada detalle y los más pequeños forman cortejo y llevan el paso con la alegría y el asombro de la juventud, periodo en que las cofradías impactan con su escalofrío en lo profundo y los sentidos se dejan ir -alborotados- hacia lo trascendente, con la naturalidad del espíritu que se eleva.

Y, con esos precedentes, el cortejo avanzó por las calles del centro de Córdoba, desde las puertas de la Compañía hasta Conde y Luque, pasando por enclaves tan estéticamente bellos como Valladares, la Plaza de San Juan o Santa Victoria. Todo al caer la noche, con la caricia suave de una atmósfera que, aun navideña, ya aventura una Cuaresma más temprana.

Cada paso medido, cuidado, sentido. Y todo ello al son de una banda que no está por descubrir, pero sí por conocer y disfrutar de ella mucho más en la capital, la agrupación musical Afligidos de Puente Genil. Formación que volvió a mostrar su gran nivel y, al son de marchas como Oración, devolvió a algunos de los presentes a aquella andadura de los 90, cuando la música procesional se grababa en níquel y cromo y las cofradías nos trajeron ese asombro, el mismo que regaló la procesión del Niño Jesús de la Compañía.