El obispo de Córdoba anima a iniciar el curso de la mano de la Virgen María
La carta pastoral también hace referencia a la presencia de la Virgen en distintas localidades de la diócesis
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, invita a los fieles a comenzar el nuevo curso académico, pastoral y laboral con la Virgen María como guía y madre protectora. En su carta pastoral titulada «Para empezar, con la Virgen nuestra Madre», el prelado destaca la importancia de iniciar las actividades cotidianas con el acompañamiento de la Virgen, especialmente tras el descanso estival.
Monseñor señala que el curso ya ha comenzado para muchos, con los más pequeños volviendo al colegio o preparándose para hacerlo. En este contexto, subraya la ternura de ver a los niños y niñas de la mano de sus madres al inicio del día. «Así quisiéramos nosotros empezar el curso, de la mano de nuestra Madre del cielo, que nos toma de la mano para llevarnos al trabajo, a la tarea de cada día», escribe el obispo.
La carta pastoral también hace referencia a la presencia de la Virgen en distintas localidades de la diócesis. El obispo menciona su reciente visita a Cabra para participar en la Bajá de la Virgen de la Sierra, un evento que reúne a jóvenes y adultos en torno a la imagen de María. «Qué alegría rebosante, la de la juventud presente o pasada, qué alegría vivirla con nuestra Madre del cielo, y sentirse seguros con ella», expresa.
Además, el prelado destaca la devoción a la Virgen de Belén en Palma del Río, donde la imagen convoca a todos los palmeños y enseña a ser hermanos. En Córdoba, la Virgen de la Fuensanta, copatrona de la ciudad, es llevada en procesión desde su Santuario a la Catedral, donde los fieles la acompañan en su día especial.
El obispo también resalta la celebración de la Virgen de Villaviciosa y otras advocaciones marianas que unen a los creyentes en diferentes lugares de la diócesis. Monseñor anima a los fieles a vivir estas festividades con alegría, reconociendo a María como una madre cercana. «Encontrarse con la Virgen es siempre una grata sorpresa, y cuando llega el día de su fiesta, se nos contagia una alegría que viene de dentro, la alegría de tener madre».
Litúrgicamente, se celebra la Natividad de María el 8 de septiembre, una fecha que marca su nacimiento tras haber sido concebida el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. Monseñor subraya que esta fiesta llega en un momento propicio, justo al inicio del nuevo curso, trayendo esperanza y nuevas oportunidades.
Finalmente, el obispo recuerda que la vida cristiana tiene como centro a Jesucristo, pero siempre en compañía de su Madre, María. «Jesús y María siempre juntos. No separemos lo que Dios ha unido», concluye Fernández, animando a todos a iniciar este nuevo curso con la confianza de no perderse si permanecen de la mano de la Virgen.
Pueden leer íntegramente la carta pastoral en este enlace.