Un Rey «dueño de la vida y de la historia»
El obispo de Córdoba dedica la carta pastoral de esta semana a la festividad de Cristo Rey
El último domingo del año litúrgico es el dedicado a la festividad de Cristo Rey y el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, dedica la carta pastoral de esta semana a «Cristo como Señor, como dueño de la vida y de la historia, como Señor de vivos y muertos». Y lo hace recordando en el comienzo de la misiva, desde el propio título, la jaculatoria «¡Viva Cristo Rey!» , que no es un «grito de guerra» sino «una confesión valiente y llena de entusiasmo» que además se ha convertido en santo y seña de los mártires del siglo XX, «el grito con el que han muerto miles de hombres y mujeres, expresando un amor más grande que la muerte. Un amor a Cristo y a los mismos asesinos a los que perdonaban en el instante de su ejecución».
El obispo contrasta el liderazgo de Jesús con el de los reyes terrenales, señalando que estos últimos ofrecen placeres y riquezas efímeros, mientras que Cristo invita a seguirlo por un camino de amor, sacrificio y verdad, prometiendo la vida eterna.
Monseñor cita a San Ignacio de Loyola, quien en los Ejercicios Espirituales plantea la elección entre «el Rey eternal y el rey terrenal», destacando que solo el primero da sentido pleno a la vida. La liturgia de la Fiesta de Cristo Rey proclama un reino «de la verdad y la vida, la santidad y la gracia, la justicia, el amor y la paz».
El obispo subraya que Jesús mismo se definió como rey durante su juicio ante Pilato: «Tú lo dices, yo soy Rey. Yo para eso he nacido y para eso he venido al mundo: para ser testigo de la verdad». Aunque evitó ser reconocido como un líder político, aceptó su condición regia como una misión de amor y servicio, que culmina en la cruz, convertida en «cátedra de amor verdadero».
El obispo de Córdoba finaliza su carta pastoral invitando a los fieles a militar bajo la bandera de Cristo, difundiendo su reino basado en el amor, la verdad y la misericordia, y a celebrar esta fiesta con el corazón y la voz, reconociendo a Jesús como el Rey que conquista los corazones con el amor.
Pueden leer la carta íntegra en este enlace.