Rafael Casaño, presidente del Colegio de Farmacéuticos de CórdobaJesús Caparrós

Rafael Casaño, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba

«Les pedimos a las administraciones que nos utilicen, que para eso estamos»

La Inmaculada Concepción no solo es la patrona de la Infantería sino también de los farmacéuticos. En realidad los farmacéuticos son una infantería sanitaria y de ello han dado buena cuenta nuestros boticarios durante lo más duro de la pandemia. En muchos casos el único sanitario en un pequeño pueblo es el farmacéutico y eso hay que cuidarlo, y mucho, como nos repite a lo largo de esta entrevista Rafael Casaño (Córdoba,1967) que es el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba y que recientemente ha celebrado con sus compañeros y compañeras ( más del 80 % de los colegiados son mujeres) la festividad de la patrona.

Como cada año, Amador Velarde ha instalado un Belén en la sede colegial de la Avenida del Brillante. Comienza los preparativos del montaje en agosto y aunque en esta ocasión es un poco más pequeño, es el único Belén de España con una botica de guardia. «Me he hecho belenista» nos confiesa Casaño, emocionado por el trabajo que Velarde hace cada Navidad. Sí ha sido un poco más grande la celebración de la patrona, que en las recientes anteriores ediciones también se ha visto mermada por la regulación sanitaria y profiláctica que trajo el Covid. Y aquí no se da lo del azadón de palo en la casa del herrero. Los profesionales de la farmacia se toman muy en serio su trabajo y demandan que la sociedad los conozca más y mejor, más allá de la oficina que dispensa medicamentos. Son una infantería, ya lo hemos dicho. Y piden que se les tenga más en cuenta.

- Allí donde no hay Atención Primaria sí encontramos una botica.

- Son las farmacias de núcleos pequeños, de hasta 500 habitantes. El médico pasa una vez en semana, el que más, y el farmacéutico está 24 horas al día, siete días a la semana. Y es el único sanitario que hay en el pueblo. Esa es la farmacia que justifica nuestro modelo.

- Usted llega a la presidencia en 2019. Y después vino el 2020…

- Con la pandemia hubo un cambio de planes. Cuando esta Junta tomó posesión entre los objetivos estaba la formación, iniciar caminos con la Universidad- que ahora estamos recuperando- y un montón de proyectos que traíamos con un montón de ilusión. Todo quedó apartado. Se paró. Pero no le faltó un medicamento a nadie, porque ese es nuestro trabajo. Y hablo de la farmacia con mayúsculas; del farmacéutico analista, del hospitalario, de la oficina de farmacia y de la distribución que es modélica.

- No han faltado medicamentos pero sin embargo el desabastecimiento sigue siendo un problema.

- Pero es distinto. En este momento, lo que ocurre es algo puntual. Durante la pandemia las condiciones eran otras y más difíciles. En aquella situación el mundo se paró y el medicamento tenía que seguir llegando a todos los lugares. Creo que en Córdoba nadie habrá notado la diferencia antes del Covid y durante lo más duro de la pandemia. Los desabastecimientos actuales responden a distintas circunstancias, empezando por la fabricación que deja de interesar a los laboratorios. Por ejemplo, hace mucho tiempo que no sacan un nuevo antibiótico, porque no olvidemos que el laboratorio además de su función sanitaria, tiene que ganar dinero, y los precios de los antibióticos no son competitivos. Es verdad que en un país donde la atención sanitaria es universal y gratuita hay que buscar el menor coste posible, pero en muchas ocasiones se cruzan distintos intereses y hay que medirlos.

Hablo de la farmacia con mayúsculas; del farmacéutico analista, del hospitalario, de la oficina de farmacia y de la distribución que es modélica.

- Tampoco faltaron boticarios durante la pandemia, a pesar de que ustedes también se ponían malitos.

- Se diseñó un plan, para ver en qué zonas las farmacias eran más necesarias, porque en algunos sitios solo había un farmacéutico que podía caer enfermo. Lo planteamos a modo de semáforos: la zona verde podía ser Córdoba capital, porque si se cierra una no es un problema. Pero en los núcleos aislados si nos encontrábamos auténticos problemas. Se creó una bolsa de farmacéuticos voluntarios y la respuesta fue espectacular. Contábamos incluso con servicio de taxi por si había que hacer llegar a algún sitio un medicamento determinado. Quiero insistir en que el farmacéutico que trabaja en pueblos pequeños está de verdad por amor a la farmacia, porque económicamente es menos rentable que otras. Son farmacéuticos que no pueden ni tomar vacaciones porque no encuentra quien lo sustituya. Hacen guardias casi permanentes. Ese es el trabajo que a este colegio le preocupa. A ellos les hicimos el reconocimiento en la pasada patrona.

Rafael Casaño, ante el Belén de 2022Jesús Caparrós

- Este año se lo han hecho a un farmacéutico que de alguna forma también ha sido impulsor de determinados cambios que han venido por la pandemia.

- Hemos concedido la insignia de oro este año, en el día de la patrona, a Antonio Mingorance. Él es presidente de todos los colegios de Andalucía, lleva más de treinta años relacionándose con los colegios y el mismo tiempo en el campo de la distribución. Estamos además hablando de un hombre de consensos y que ha sabido hacer de la farmacia un todo. Nosotros, por ejemplo, hemos sido los responsables de la distribución de la vacuna del covid, de la mano de la Consejería. No se ha perdido ni una sola vacuna. Ese trabajo de coordinación ha sido mérito de Mingorance.

- ¿Cómo va a beneficiarse el usuario de lo que han aprendido durante la pandemia?

- Hemos aprendido a darle servicio a todos los pacientes sin distinción. Es el mismo paciente en el hospital que en la oficina de farmacia. Y tenemos que darle lo mejor que tenemos. Ahora estamos trabajando sobre los medicamentos hospitalarios, y tratamos de facilitar el acceso para aquellos pacientes que deben trasladarse hasta el centro hospitalario por su medicina. Eso lo iniciamos durante la pandemia y es algo que queremos seguir haciendo. Será desde luego el farmacéutico hospitalario el que decida quién puede unirse a este proyecto para un paciente reciba su medicamento en la farmacia que él elija. Ya lo hacemos en el Infanta Margarita de Cabra y estamos deseando que el Hospital Reina Sofía se una. Tenemos que darle utilidad a 405 farmacias que además ofrecen la ventaja de que no hay que invertir en mensajería privada, porque lo hacen voluntariamente.

- Esas oficinas de farmacia también prestan un servicio para los diagnósticos precoces.

- En efecto. Yo me pregunto que por qué el cribado para el cáncer de colon no se hace en las farmacias en vez de tener que acudir al centro de salud. Nos hemos ofrecido también para colaborar en el cribado del cáncer de mama. Tenemos las herramientas, ya que conocemos a nuestros usuarios, su perfil, su edad. Y la mayoría pasan por la oficina de farmacia antes que por el centro de salud. Le pedimos a la administración que nos utilicen, que para eso estamos. Que cuenten con nosotros para todo.

Rafael CasañoJesús Caparrós

- ¿Fue una feliz noticia que se acabara la subasta de medicamentos?

- El que se haya acabado es lo mejor que ha pasado para el paciente andaluz. porque estaba discriminado. No podía llevarse el medicamento que quisiera, y eso solo pasaba en Andalucía. La subasta, recuerdo, consistía en que aquí solo se dispensaba una marca o un genérico de un medicamento determinado. Eso cerraba las puertas a otros laboratorios. Ocurre que llega el Covid y nos damos cuenta que no estamos tan globalizados cuando se cierran las puertas con el resto del mundo. Y no tienes industria farmacéutica propia porque has estado comprando, por la subasta, fuera de España. ¿Qué habría pasado si la subasta hubiera sido nacional? El medicamento es un bien sanitario, no solo económico, y así hay que verlo.