Manuel Pimentel, Juan Ignacio Zoido, José Manuel Margallo, José Antonio Nieto y José María BellidoSamira Ouf Calero

Novedad editorial

El laberinto español de Margallo se presenta en Córdoba

Hasta tres exministros se dan cita en la presentación de libro ‘España en su laberinto’, un diagnóstico sobre los errores que han puesto a la nación en la encrucijada

El eurodiputado del PP José Manuel García- Margallo ha presentado en Córdoba España en su laberinto, escrito junto a Fernando Eguidazu y publicado por la editorial Almuzara. El creador y responsable máximo de la editorial es un ex ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, que ha estado en el acto como presentador y moderador de un pequeño coloquio compartido con Juan Ignacio Zoido, ex ministro de Interior y actual europarlamentario, y el consejero de Justicia de la Junta de Andalucía José Antonio Nieto, que no llegó a ministro pero ejerció en un escalón inferior como secretario de Estado, además de haber sido alcalde de la ciudad que hoy ha acogido esta obra que ya va por su tercera edición.

En realidad ha sido el actual alcalde de Córdoba, José María Bellido, quien ha hecho una breve presentación de la publicación, del autor y de los ponentes antes de marcharse rápidamente a casar a unos novios. Un futuro matrimonio que si todo transcurre como se vaticina en el libro presentado, puede que conozcan una España muy distinta a la de hoy.

Presentación del libro 'España en su laberinto'Samira Ouf Calero

Porque España en su laberinto, que de alguna manera recuerda a El laberinto español de Brenan, es una análisis de un periodo que según el autor comienza en 2003 con el Pacto del Tinell, punto de inflexión en el gobierno de Rodríguez Zapatero y que supuso el comienzo de la polarización de España, la exclusión de los constitucionalistas, el abrazo a los terroristas y la sedición como camino al federalismo republicano. O a no se sabe qué. «Vivimos un quebranto social de consecuencias inimaginables», ha dicho Juan Ignacio Zoido, justo un día después de que en el Congreso se rompiera gran parte de la democracia del 78 con un código penal reformado a medida de los corruptos y un Poder Judicial vampirizado. Manuel Pimentel se ha preguntado cómo hemos llegado a este «estado de frustación» y ha desvelado que mientras preparaban el libro, antes de que entrara en imprenta, «se ha ido cumpliendo todo lo señalado por Margallo como si fuera un guion».

José Manuel Margallo no elude las responsabilidades que le corresponden a su partido político en este proceso y ha reconocido que «tenemos un problema de vertebración en el centro derecha». Ha señalado la aparición de UPyD, Ciudadanos y ahora Vox como ejemplo de los momentos en los que el PP no ha sabido estar a las alturas de las circunstancias o a dar la conveniente respuesta a problemas como el de Cataluña. «En política no se puede estar sin tener una idea de España", ha dicho un Margallo que señala a Pablo Iglesias como el ideólogo de la hoja de ruta que sigue Pedro Sánchez en su afán de “perpetuarse en el poder».

Parte del púbico asistenteSamira Ouf Calero

Los españoles, quizá indiferentes

Si Zoido lamentaba que «ahora mismo hay mucha gente de comidas navideñas» ajenas a una preocupante situación, José Antonio Nieto apuntaba que «es un gran drama que este debate no esté en la calle» y que la opinión pública sea indiferente, por acción u omisión, al problema. Nieto, que ha instado a «participar en foros en los que defender la democracia» ha puesto el ejemplo de Venezuela como alerta de lo que viene. Es curioso que ese argumento, hace unos años, era considerado por el centrismo extremo en el que milita Margallo como algo muy facha. El lobo finalmente ha venido. En el salón de actos del Centro de Recepción de Visitantes apenas había 30 personas y muchas de ellas eran s amigos, cargos populares y algún afiliado.

El resto de españoles y cordobeses, en efecto, estaban de celebración prenavideña como los músicos del Titanic pero sin echarle muchas cuentas al hundimiento.

Editorial Almuzara, 2022. 352 págs.

España en su laberinto

José Manuel García Margallo y Fernando Egudazu