Cómo colocarse correctamente el sombrero cordobés: de la Feria a icono de moda
Hablamos con el artesano Mario Roldán, de sombrererías Rusi, sobre este complemento que ha traspaso fronteras y ahora es un habitual de las principales pasarelas del mundo
De Julio Romero de Torres a Madonna, pasando por Sarah Jessica Parker, a las versiones de Saint Laurent o Juana Martín. El sombrero cordobés es un éxito mundial y lejos de quedar en el olvido, este complemento vive su mejor momento.
Originalmente formaba parte de la uniformidad laboral de los años 30-40, para posteriormente ser una prenda imprescindible en las ferias, romerías y concursos de doma. Hoy en día, y tal y como nos cuenta Mario Roldán, artesano y CEO de la icónica Sombrerería Rusi, « ha pasado a ser un sombrero de moda gracias curiosamente a una firma extranjera (Dior) que saco a todas sus modelos tocadas con sombrero cordobés».
Tras ese desfile hubo un boom y « la demanda se internacionalizo, el año pasado fue brutal. Desde internet, correos electrónicos, llamadas… he llegado a mandar sombreros cordobeses a Australia, Estados Unidos o Alemania.».
Materiales
El clásico ( y de toda la vida) está confeccionado con una campana de fieltro de lana que tenga gramaje « para que tenga cuerpo» o de pelo de conejo, con entre 220-250 gramos. Actualmente, en el mermcado hay muchas versiones como el panameño con campanas mas grandes confeccionado en toquilla de Ecuador o «tuneados con cintas de fantasía o colores de moda que no son básicos ni los clásicos a los que estamos acostumbrados», indica Mario.
Protocolo
La forma correcta de ponérselo « es cogerlo siempre de las alas, pero no del medio. Los dedos tienen que llegar justo a la cintura del sombrero tocando lo que es la base de la cinta y nos lo apoyamos en la frente, casi rozando las cejas». En cuanto al protocolo, «los caballeros deben inclinarlo ligeramente a la derecha y las damas a la izquierda». El artesano nos cuenta que estéticamente esto hacía distinguir a los caballeros « por el gesto típico de al saludar y de tocarse el sombrero se iba inclinando hacía el lado derecho».