Satse y ANPE piden enfermeras escolares para «sumar fuerzas» contra la violencia en las aulas
Ambos sindicatos coinciden en que puede desarrollar una labor de detección y atención a los alumnos que sufran cualquier tipo de violencia y acoso
El Sindicato de Enfermería, Satse, y el sindicato independiente de la enseñanza pública ANPE han reclamado la implantación generalizada de la enfermera escolar para que estas profesionales sanitarias puedan colaborar en acabar con la violencia y el acoso en los centros educativos.
Ambas organizaciones sindicales se han sumado a la celebración del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, incluido el ciberacoso, promovido por la Unesco. Este año, bajo el lema “Proteger, educar, empoderar: Los estudiantes exigen escuelas seguras e inclusivas", destaca el papel esencial de la educación para poner fin a la violencia y la importancia de la perspectiva de los estudiantes en la elaboración de políticas educativas.
ANPE y Satse resaltan que las distintas formas de violencia y acoso en los centros educativos afectan gravemente a la salud, bienestar y educación de niños y adolescentes, por lo que resulta cada vez más necesario que administraciones, organizaciones y comunidad educativa trabajen de manera conjunta para solucionar este problema.
La prevención, detección, seguimiento y atención a las distintas formas de violencia resulta fundamental en todas las fases del ciclo educativo, de ahí la importancia de poder contar con enfermeras escolares que colaboren con los docentes, familias, alumnos y otros profesionales sanitarios para fomentar entornos de aprendizaje seguros, afirman.
Trabajo conjunto
Por ello, ambas organizaciones sindicales insisten en que la enfermera escolar resulta una figura decisiva que puede desarrollar una labor de detección y atención a niños y jóvenes que puedan ser objeto de cualquier tipo de violencia y acoso, así como de información y sensibilización para evitar este tipo de conductas en las aulas.
En concreto, las enfermeras escolares pueden detectar las consecuencias que este tipo de violencia puede provocar en sus víctimas, como problemas de alimentación o de sueño, disminución del rendimiento escolar o paulatino aumento de las ausencias en las clases, entre otros.
Además de ayudar a las víctimas, la enfermera puede realizar una importante y necesaria labor de información y sensibilización, a través de charlas, talleres y reuniones para evitar que haya alumnos que comiencen a intimidar y agredir física o psicológicamente a otros compañeros.
Cifras preocupantes
Otro estudio en base a la encuesta realizada por la ONG Educo concluye que el 29,5 por ciento de los jóvenes afirma haber sufrido bullying u otro tipo de violencia en el centro educativo, el 59,1 por ciento dice que no y un 11,4 por ciento no lo sabe o prefiere no contestar.
Satse y ANPE resaltan que la infancia y adolescencia son etapas decisivas en el desarrollo y formación de las personas, y que son cada vez más los estudios que advierten sobre la creciente incidencia de los problemas de violencia y acoso en las aulas.