Madrid
Diez años de lucha de la exmujer de un yihadista: «Mis hijos merecen ser libres»
La Audiencia Provincial de Madrid finalmente accede a retirar la patria potestad a su exmarido, tras años de amenazas
Raquel Alonso no puede ocultar hoy su alegría por la decisión de la Audiencia de Madrid de retirar la patria potestad a su exmarido, un condenado por terrorismo yihadista, sobre su hija menor. Ha ganado una batalla de la guerra que lleva librando desde 2011 con un único objetivo: que sus hijos sean libres.
Su exmarido fue condenado a ocho años de cárcel por integración en organización terrorista, se radicalizó durante el matrimonio e intentó radicalizar a sus hijos: un varón ahora ya mayor de edad y una menor sobre la que el recluso no tendrá la patria potestad.
En algo más de tres meses, el ex marido de Raquel, Nabil Benazzou Benhaddou, miembro de una célula denominada Brigada Al Ándalus, según la condena, saldrá a la calle, pero con libertad vigilada durante los próximos seis años.
Raquel Alonso ya narró en su libro «Casada con el enemigo» la experiencia que supuso ser testigo en primera línea de la radicalización del entonces su marido y de cómo este quiso radicalizar a sus hijos. Todo ello la llevó a fundar la Asociación contra el Radicalismo Extremista y Víctimas Indirectas (Acreavi).
Pero durante todos estos años, según relata a Efe, ha sufrido amenazas, que no han cesado - hace dos semanas recibió en su buzón la última - y que la han obligado a cambiar de domicilio un buen número de veces.
Hoy se siente «aliviada» tras una sentencia que le hace seguir creyendo en la Justicia.
Porque cree que el fallo de la Audiencia ha reconocido que tener la patria potestad «no es un beneficio», sino una figura que obliga a mantener al menor, a educarle en unos valores y a que no crezca en «un entorno de violencia y sometido a una ideología extremista que infunde odio».
Confía Raquel Alonso en que la resolución judicial siente un precedente y afirma que en España es la primera que se produce de esta naturaleza. Tampoco en otros países europeos, como Bélgica o Francia, hay sentencias similares, según le han trasmitido las asociaciones contra el radicalismo con las que tiene contacto.
También su hija se siente aliviada y «como un pájaro», relata Alonso a Efe, sobre todo después del «varapalo» que recibieron cuando el juzgado de primera instancia no les dio la razón y mantuvo la patria potestad a su exmarido.
Sin protección frente a las amenazas
No obstante, la lucha de Raquel Alonso no ha acabado. Ella y sus hijos tuvieron durante unos años protección (declaró como testigo protegido contra la célula yihadista), pero la Audiencia Nacional se las retiró al considerar su caso como violencia de género.
Asegura a Efe que ahora se sienten «desprotegidos» y recuerda que ella ha llegado a sufrir agresiones físicas, la última el 22 de septiembre del año pasado, cuando tuvo que ser trasladada al hospital.
«Antes de que tú te la lleves, tú morirás»
Hace dos semanas recibió en su buzón una amenaza de muerte. Una misiva en la que se decía que su hija tenía una misión que cumplir con Alá y en la que se añadía: «antes de que tú te la lleves, tú morirás», explica a Efe.
«Eso me preocupa. En tres meses y medio, este señor sale a la calle. Cuando fue detenido por las fuerzas de seguridad del Estado, fue un alivio. No imaginaba que iba a ser mi martirio», lamenta Alonso.
Puede ser - continúa - que «no haya expresado bien el riesgo» cuando explicaba a la Justicia las amenazas, pero ella está convencida de la necesidad de que se vuelva a revisar su caso para poder tener otra vez protección.
«¿He luchado once años por la protección de mis hijos, he testificado exponiéndome ante una célula para acabar mis hijos y yo encerrados en casa porque tenemos miedo?», se pregunta.
«¿Esos niños no tienen derecho a poder llevar una vida normal? ¿A poder salir de casa sin tener que llevarles y recogerles yo? He luchado porque sean libres y ahora...», continúa.
Dice que podía no haber declarado ante la Justicia, haberse callado... Pero consideró que era su «deber».
Ahora seguirá luchando y no descarta acudir a los tribunales europeos, al Constitucional y al Defensor del Pueblo porque no tiene ayuda ninguna al no ser considerada víctima «de nada», ni de género ni de terrorismo.
Sus hijos aún sufren secuelas psicológicas de lo que han vivido y merecen una protección, reitera Raquel Alonso. O al menos lo que su primogénito respondió a la pregunta que una allegada le hizo. ¿Qué quieres para tu vida?: Paz.