El Museo del Prado rehabilita el Salón de Reinos y lo incorpora como sede expositiva

El pasado mes de julio, Madrid conoció una de las noticias más esperadas. El conjunto urbano del Paseo del Prado y el Buen Retiro fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El Paisaje de la Luz, nombre por el que se conoce este espacio, está configurado por muchos edificios de gran importancia para la capital, como la Puerta de Alcalá, el Casón del Buen Retiro, el Museo del Prado, etc. Este último, que recibió a 3.672.853 visitantes en 2019, convirtiéndose en el museo más visitado de España, es propietario de varios inmuebles de la zona, que poco a poco va incorporando a su exposición.

En concreto, el Salón de Reinos se encuentra en proceso de rehabilitación arquitectónica y adecuación museística y se convertirá en sede expositiva del Museo del Prado. en estas obras el Prado llevará a cabo la reurbanización del entorno inmediato del Salón de Reinos, un túnel de conexión de instalaciones y mantenimiento del Museo bajo suelo entre la fachada sur del Salón de Reinos y la fachada norte del Casón del Buen Retiro, así como la escalera norte, y la escalinata y rampa sur de acceso al edificio rehabilitado, y la restauración de las esculturas exentas actualmente presentes en la terraza norte del edificio.

La incorporación de los 9.487,60 m2 del Salón de Reinos abrirá la posibilidad de ofrecer un espacio expositivo que permita ampliar la presentación de las colecciones del Museo Nacional del Prado, además de desarrollar un programa específico de exposiciones temporales complementario al actual.

Las últimas actuaciones son fruto de la colaboración entre el Museo y el Ayuntamiento de Madrid, formalizada en la firma el pasado 19 de octubre de un convenio para la integración urbanística y técnica del Salón de Reinos con el resto de inmuebles que componen el Campus Museo del Prado.

Se implantarán nuevas galerías en la planta tercera que ofrecen espacios expositivos de primer nivel. La ausencia de columnas, la posibilidad de iluminación natural y modernos sistemas de iluminación y acondicionamiento permiten gran flexibilidad y adaptación a cualquier tipo de necesidad expositiva. La fachada sur original del palacio de Felipe IV es descubierta, devolviéndole así su vocación urbana. Se convierte a su vez en elemento configurador de un espacio de plaza de acogida que fluye dentro del edificio a través del atrio.

Recorrido del recinto

A través de una sucesión de espacios, el diseño de las áreas expositivas busca sobre todo intensificar la experiencia del visitante que los recorre. El atrio de acceso recibe a los visitantes y los lleva al Museo a través de una intuitiva secuencia de filtros: unos ascensores panorámicos facilitan el acceso a las zonas de recepción, donde el mostrador de venta de entradas conduce a un control de seguridad discretamente integrado, desde el cual se accede al área con colecciones.

La crujía histórica del Palacio alberga las áreas expositivas, que se ubican en plantas primera y tercera. En la primera, el Salón de Reinos, la Sala de la Reina y la Sala de Armas recuperan su espíritu original de escaparate del arte, al tiempo que recuperan su vínculo con el paisaje exterior a través del nuevo atrio.