Sucesos
Penas de hasta 74 años para los miembros de la mayor red de trata de seres humanos de Madrid
Sometían a las mujeres de Nigeria a ritos de vudú para restringir su voluntad y ser prostituidas
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 74 años de prisión a una mujer nigeriana por organizar un entramado que captaba a compatriotas en precarias condiciones económicas, algunas menores, mediante «la falsa promesa de una vida mejor» en Europa para después obligarlas a prostituirse.
Es la pena más alta acordada por el tribunal en una sentencia que condena también a otros dos acusados, también nigerianos, a 24 y 4 años de cárcel. La Justicia no ha podido castigar a las líderes de la red, dos mujeres que, junto con otros encausados, no llegaron a sentarse en el banquillo al encontrarse en paradero desconocido.
La Comunidad de Madrid tuvo que convocar un concurso público de traductores e interpretes ante el elevado número de acusados
De los 24 acusados que recoge la sentencia, catorce llegaron a un acuerdo con la Fiscalía por el que reconocieron los hechos a cambio de una reducción en su petición de condena, dos han sido absueltos y cinco están en rebeldía.
Se les condena por delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, delitos de prostitución, inmigración ilegal, delito de falsedad documental y cooperación con organización criminal.
La falsa promesa de una vida mejor
Los hechos ocurrieron al menos desde el invierno de 2014, cuando la red comenzó a captar en Nigeria a jóvenes, incluso menores de edad, en situación económica precaria. Las engañaban con «la falsa promesa de conseguir una vida mejor en Europa» e incluso las sometían a rituales de vudú para «restringir su voluntad».
En su traslado hasta España, en varias ocasiones las víctimas viajaban en patera o en una «pequeña embarcación» con un motor defectuoso junto a medio centenar de personas «hacinadas» y «sin chalecos salvavidas», hasta el punto de que algunas tuvieron que ser rescatadas por las autoridades italianas y trasladadas a la isla de Lampedusa en 2015.
Una vez en España, eran obligadas a residir en domicilios de miembros de la red, principalmente en Fuenlabrada o Humanes, o en Castellón, aunque también forzaban a las víctimas a trasladarse a Ibiza.
Allí fueron obligadas a ejercer la prostitución y a entregar a la trama las ganancias hasta que pagaban lo que fijaban las dos principales responsables, huidas, bajo la amenaza de que, si no lo hacían, morirían ellas y su familia.
La sentencia relata algún caso en el que, al llegar a España, la víctima fue trasladada a un centro de internamiento de extranjeros (CIE) y acogida por distintas ONGs, motivo por el que la red no consiguió su propósito de obligarla a prostituirse.
Los tres principales condenados
Entre los delitos que se le atribuyen figuran varios de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y uno de inmigración ilegal.
Billy U. ha sido condenado a 24 años por captar y organizar el viaje a Europa de varias víctimas con la finalidad de explotarlas sexualmente y enriquecerse con ello. El tribunal lo considera responsable de un delito de inmigración ilegal y dos de trata.
Elfosa I. «efectuó puntuales traslados de víctimas encargados por miembros de la red» y «facilitó al entramado su cuenta bancaria para permitir que el dinero obtenido por la red se distribuyera entre sus miembros». Ha sido sentenciado a cuatro años de prisión por cooperación con organización criminal.
El juicio se celebró entre el 5 de octubre de 2021 y el 13 de enero de 2022 y requirió de una convocatoria en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) para contar con traductores suficientes.