Madrid

Alcalá, 15: los secretos de una joya en el centro de Madrid

El Debate se adentra en la sede del Casino de Madrid para descubrir y dar a conocer todos sus rincones

Un prominente edificio corona el Madrid castizo; es la joya del centro de la capital. El número 15 de la calle Alcalá, erguido y orgulloso, observa el paso de los años manteniendo su esencia original. La sede del Casino de Madrid abre sus puertas a El Debate, para dar a conocer todos los secretos que esconden las paredes de este edificio centenario.

La sede del Casino fue la culminación de un proceso que comenzó en 1903, cuando el club adquirió varios solares en la calle Alcalá, fusionándolos, para hacer su propio edificio. No escatimaron en gastos; el lujo y la exclusividad era la mayor apuesta de la institución. A pesar de lo que muchas personas aún creen, en el Casino de Madrid nunca se jugó, al menos legalmente. Años después ha salido a la luz que gran parte de la financiación del edificio de la calle Alcalá provenía del juego ilegal que se llevaba a cabo en la institución hasta la dictadura de Primo de Rivera.

Escalinata del Casino de MadridThorun Piñeiro

El edificio se realizó pensando en la comodidad de los socios: lugares de reunión, comedores, salones de baile, sala de esgrima, etc. Convocaron un concurso internacional al que se presentaron numerosos proyectos, que decidieron fusionar. Varios de ellos asesorados por eminencias como Antonio Palacios, que era socio del casino y uno de los grandes arquitectos de la época.

Los espacios, con el paso del tiempo, se han ido modificando en función de las necesidades de los socios: la antigua sala de esgrima es hoy en día el gimnasio; la sala de billar se ha convertido en un salón de conferencias; las cabinas telefónicas actualmente cumplen la función de almacén. Una curiosidad de principios del siglo XX es una sala exclusiva para las audiciones de las óperas del Teatro Real, donde los socios tenían la posibilidad de escuchar cómodamente las obras en directo a través de megáfonos.

Casino de MadridThorun Piñeiro

Hay espacios que se conservan tal y como estaban en 1910. Un ejemplo claro es el bar Las Estancias, con una barra de estilo inglés que luce intacta desde principios del siglo XX, así como la gran parte del mobiliario. A lo largo de los pasillos del edificio aparecen expuestos los proyectos que entraron en el concurso internacional, joyas en acuarela, firmadas por los autores de la época. Se pidieron particularidades muy específicas, como que el diseño tuviese puerta para los carros de caballos o un gran salón de baile.

Salón Real del Casino de MadridThorun Piñeiro

El Salón Real se corresponde con el antiguo salón de baile. Dicen los entendidos que la acústica de esta estancia es especial. Dos cúpulas coronan el techo y un piano Steinway, con solo cinco similares en todo el mundo, reina en el salón. Los cuadros que decoran la sala representan las horas del día y el suelo, de madera, está cuidadosamente construido por un ebanista, que trocito a trocito fue colocando las piezas para realizar una gran obra de arte.

Otra sala clásica es el antiguo comedor de socios, cubierto en caoba, acogedor y con la mejor vista al patio. Frente a este salón y encabezando la escalinata, encontramos Las Tres Edades de Mateo Inurria, una obra de arte que representa a la mujer en la niñez, la juventud y la madurez. Siguiendo con las esculturas y caminando por el siguiente pasillo, se encuentran dos bustos que también tienen historia. En uno de los bustos, Mariano Benlliure esculpió a Cleo de Merode, una bailarina que escandalizaba y conquistaba los corazones de los hombres de aquel tiempo, entre ellos, el de Benlliure.

Vista desde la terraza del Casino de MadridThorun Piñeiro

Llaman la atención dos mesas iguales en forma de medialuna. Originalmente, solo existía una mesa, que tuvo que partirse en dos para poder trasladarla a la actual sede del Casino. Las terrazas del edificio evocan un vino al sol de primavera y tienen vistas al Madrid más castizo. El Salón Torito, en la segunda planta, es el lugar donde se realizan las tertulias taurinas, cuya mesa central está presidida por una escultura de un toro, justo en el centro, que se utiliza como trofeo para los premios taurinos.

Sala Torito del Casino de MadridThorun Piñeiro

La sala de lectura es silenciosa, con periódicos en papel y ordenadores a la entera disposición de los socios. La biblioteca es la joya del edificio. Grandes mesas, luminosas lámparas y unos sillones que abrazan. La estructura es de metal para evitar, en caso de incendio, la quema de los libros. Esto estuvo provocado a causa del incendio de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, acontecida en diciembre de 1851, y sensibilizados con el tema, no querían que esto se pudiese repetir en su colección de libros.

Biblioteca del Casino de MadridThorun Piñeiro

El número 15 de la calle Alcalá sigue con la frente alta, con elegancia y esplendor, transcendiendo al paso del tiempo y manteniendo su esencia original, sin quedarse obsoleto y modernizando lo necesario. Un edificio hecho por y para los socios, que disfrutan de ello, sabiendo la joya en la que conviven.