Madrid
A la caza del paladio, rodio y platino; lo que buscan los ladrones de catalizadores
Te explicamos las claves para que sepas por qué el robo de catalizadores está aumentando
Por desgracia, el robo de piezas de vehículos no es nada nuevo, pues se trata de una ´industria´ que mueve ingentes cantidades de dinero al año (cientos de millones). En la Comunidad de Madrid, al igual que en otros muchos lugares, los robos de catalizadores están aumentando de forma exponencial, lo que ha dado la voz de alarma y ha llevado a muchos a preguntarse por qué sucede esto. Te contamos qué hay detrás de la oleada de robos de estas piezas.
La cantidad de robos de catalizadores que está habiendo en la Comunidad de Madrid no se puede explicar sin conocer qué es esta pieza y por qué está tan cotizada en el mercado negro.
Los catalizadores son piezas que forman parte del sistema de escape de un vehículo y que son sencillas de sustraer. Esto permite a los ladrones hacerse fácilmente con ellos; unos minutos son suficientes. Basta con soltar los tornillos que unen el catalizador al tubo de escape para que los criminales logren su hazaña. Sin embargo, como los delincuentes normalmente no buscan reutilizarlos, cortan los tubos directamente, lo que les es más simple si portan consigo las herramientas adecuadas.
Sin el catalizador, el vehículo no pasaría la ITV
La función de un catalizador es la de reducir las emisiones contaminantes del vehículo, para lo que modifica químicamente los gases con el fin de que sean menos perjudiciales para el planeta. De primeras, puede parecer una pieza poco importante, pero hay que tener en cuenta que es obligatorio para los vehículos de combustión interna, al igual que los de gasolina desde el 1992 y los diésel desde 1997. En el caso de que nuestro catalizador haya sido robado, es imprescindible reponerlo, ya que sin él, el coche no pasaría la ITV.
Metales que contiene el catalizador
A pesar de que se trata de piezas caras, los ladrones no persiguen revender la pieza entera, sino los metales que contienen. Los catalizadores albergan en su interior tres de los metales preciosos más cotizados dentro del mundo de las ventas clandestinas. Se tratan del paladio, el rodio y el platino. Este último es altamente valorado y se utiliza en muchos sectores, como el de la automoción, industria química, electricidad y electrónica, fabricación de vidrio, refinado de petróleo e industria médica y biomédica. En comparación con el oro, el platino es mucho más difícil de encontrar en la naturaleza y además es más pesado, por lo que también tiene un precio más elevado.
Según la Policía Nacional, en un catalizador estándar podemos encontrar en torno a 2 gramos de paladio, 5 de platino y unos miligramos de rodio. Según los datos más actuales de ASETRA Madrid (Asociación De Talleres De Madrid) el gramo de paladio se paga a 66.94 euros, el de palatino a unos 33,56 y el de rodio a 453,73, por lo que nos damos cuenta de que se trata de un suculento botín para los ladrones.
Cuánto cuesta un catalizador nuevo
Al contener metales tan valiosos, la reposición de un catalizador no resulta barata. El precio medio de un catalizador oscila entre los 300 y los 500 euros, aunque en el caso de los coches de alta gama, el coste asciende a 700 euros. Los vehículos grandes, como camiones o furgonetas, son los que más perjudicados salen, pues pueden llegar a pagar 1.300 euros por el catalizador.
Además, a esto hay que sumarle el coste de la mano de obra. En total, el precio medio resultaría en unos 800 a 1.000 euros.
Cómo prevenir el robo
No existe un método infalible para no sufrir el robo del catalizador. Además, el problema es difícilmente delimitable a una marca de coches concreta, por lo que se deben extremar las precauciones. Todo lo que podemos hacer es tomar algunas medidas para dificultar su sustracción o su posterior venta en el mercado negro.
La medida más obvia, sería la de procurar dejar el coche estacionado en un lugar iluminado y que no esté apartado. A ser posible, se recomienda dejarlo dentro de un garaje, ya que la mayoría de los robos se producen durante la noche. Otra precaución que podemos tomar es la de pasar por un taller para que nos instalen una placa inferior protectora. Aunque esto no garantiza al 100 % no ser robado, es muy probable que la dificultad añadida que supone el acceso al catalizador disuada a los ladrones en su intento. Otra forma de desincentivar a los delincuentes, sería la de pintar de un color estridente la pieza. Esto haría que al intentar revenderla en el mercado negro, el ladrón tuviese más problemas, por lo que puede desanimarle a robarla. Pero cuidado, no todas las pinturas sirven: debe de tratarse de pintura calorífica capaz de soportar las altas temperaturas a las que estará sometida.
En caso de que por desgracia el robo se produzca, podemos entorpecer la reventa del catalizador si previamente hemos marcado la pieza grabándola con la matrícula del vehículo o el VIN («Vehicle Identification Number»), una serie de 17 dígitos que sirven como su ´DNI´.