Karla recibe un regalo de Navidad de un voluntario disfrazado de Rey Mago de la Fundación NadiesoloNadiesolo

Madrid

La ´Cabalgata de la ilusión´ de Nadiesolo se acerca a la casa de 68 niños con discapacidad para darles su regalo de Navidad

En esta iniciativa de la ONG madrileña participan tres entidades: Reyes Magos de Verdad, Uber y Banco Santander

Disfraces, ilusión, alegría y nervios. Este es el ambiente que se respira en la sede de la ONG Nadiesolo momentos antes de dar comienzo a la ´Cabalgata de la ilusión´, una iniciativa para que ningún niño se quede sin su regalo en estas fechas tan señaladas. Este año los beneficiados serán 68 menores con discapacidad, varios de los cuales se encuentran en riesgo de exclusión social.

La iniciativa

La iniciativa, nos cuentan desde la ONG, nació en pandemia, cuando por motivos sanitarios no era posible realizar la tradicional fiesta navideña en la que se hacía entrega de los regalos que los niños con discapacidad habían pedido en su carta a los Reyes Magos. Sin dejar que la situación frenase su deseo de llegar a estos pequeños, le dieron la vuelta a la tortilla: «Si ellos no podían venir a la fiesta, nosotros iríamos a sus casas». Como la iniciativa había gustado tanto, se decidió mantener la Cabalgata aún después del pico de contagios. Para ello, cuentan con tres entidades colaboradoras. Por un lado, la Fundación Reyes Magos de Verdad se encarga de subir a su página web las cartas que reciben de los niños en la que escriben tres regalos, de los cuales los donantes escogen uno para comprar. Se trata de un acto totalmente altruista y muy especial, pues a pesar de que los que compran el regalo ni siquiera conocen al niño, lo hacen con un cariño y una dedicación dignas de admiración. Algunos incluso les escriben cartas «de parte de sus Majestades de Oriente» que entregan a la organización junto con el regalo. Por otro lado, la empresa Uber se encarga de los traslados, que este año se han materializado con el despliegue de nueve vehículos a bordo de los cuales han ido 16 voluntarios del Banco Santander, la tercera entidad colaboradora, ataviados con túnicas, barbas y capas de Rey Mago. Cada coche ha realizado una ruta diferente para acercarse a los barrios más vulnerables y compartir un momento con los casi 70 niños con discapacidad que reciben con asombro a Sus Majestades de Oriente en sus casas.

Los 16 voluntarios del Banco Santander disfrazados de Reyes Magos y pajes en la sede de NadiesoloNadiesolo

Voluntariado familiar para toda la familia

Al llegar a la casa de cada niño, los voluntarios del Banco Santander no los encuentran solos. Junto a ellos están sus familiares, y además, una familia voluntaria que les ha acompañado en salidas de ocio durante el año, una labor que realizan gracias al programa de Voluntariado Familiar de la ONG que organiza salidas lúdicas cada dos semanas. Es entrañable ver a los niños voluntarios dando la mano a los niños usuarios del programa, animándoles a no ser tímidos para recibir a los Reyes y recibir su regalo. Que el lugar de recogida sea la calle es, para muchos, un aliciente para que el momento sea más especial: «Que sean protagonistas en su barrio les ayuda a integrarse, se sienten importantes y centro de atención por un día».

Las familias voluntarias viven el momento casi con la misma emoción que si les estuvieran dando un regalo a sus propios hijosVoluntaria del Banco Santander

Por ejemplo, María Fernanda, una niña de nueve años usuaria del programa, ha recibido con mucha ilusión a los Reyes. Las voluntarias que le hacen entrega del presente se muestran cariñosas, le dan un abrazo y la ayudan a abrir el regalo: «¡Mira María Fernanda, lo que tú querías!» Con igual emoción reciben el resto de niños el regalo. Para los padres de los menores también es un día para recordar; la madre de Karla, de cuatro años, incluso tiene lágrimas en los ojosa al ver a su hija tan ilusionada: «estoy muy agradecida». Y es que, generalmente, a mayor grado de discapacidad mayor riesgo de aislamiento social, tanto de la persona con discapacidad como de la familia, por lo que estos espacios de integración es algo que aprecian mucho.

María Fernanda recibe ilusionada su regalo junto con la familia voluntaria que la acompañaNadiesolo

Por otro lado, las familias voluntarias vienen a través de muchos colegios católicos de Madrid, entre los que podemos mencionar Montealto, Prado, Retamar, Tajamar, Aldovea, Aldeafuente, Highlands, San Jaime, Kensington, Escolapios, Jesús Maestro, Andel, Fuenllana, los Tilos, el Recuerdo, San Patricio, Orvalle, Las Tablas-Valverde, Valdefuentes, Senara, Los Olmos o Alegra. Su labor no ha pasado desapercibida, y así nos lo han hecho saber los voluntarios: «Lo que más nos ha impresionado son las familias voluntariascuenta emocionada una de las trabajadoras del Santander que se ha disfrazado de paje para la ocasión.–Es muy emotivo ver cómo familias enteras hacen voluntariado, y además puedes ver que disfrutan del momento realmente. Lo viven casi como si les estuvieran dando un regalo a sus propios hijos». No es la única que nos lo subraya. La sonrisa de los padres y los niños de las familias voluntarias han dejado una honda huella en todos los que han presenciado el momento. Además, es notable la implicación y el buen comportamiento de los hijos de las familias voluntarias, que a pesar de no recibir regalo, no han protestado en ningún momento y hacen suya la alegría del niño al que acompañan. El papel que desarrollan es fundamental, ya que al tener un vínculo previo con el niño facilitan mucho la tarea para los voluntarios del Santander. Al conocer al niño y su discapacidad, son una pieza clave para mediar en el proceso y que los pequeños se sientan cómodos en todo momento.

David, de nueve años, espera con emoción la llegada de los Reyes Magos acompañado de su madre y la familia voluntariaNadiesolo

Karla, de cuatro años, abre su regalo junto a su familia y su familia voluntariaNadiesolo

Una experiencia que no se olvida

Una vez cada coche ha concluido su trayecto, los voluntarios vuelven a la sede de Nadiesolo para compartir sus impresiones. La unanimidad es aplastante, todos ellos han disfrutado de la actividad y muchos están dispuestos a repetir el año que viene. «Ha sido precioso ver la ilusión con la que nos recibían, estaban muy contentos–expresa un voluntario–, aunque alguno me ha intentado tirar de la barba»–añade riéndose. Lo mismo dicen Natalia y Marta, dos hermanas que se han sumado a la experiencia, y también otra joven voluntaria que lleva tan solo 15 días como trabajadora en el Santander, que no ha dudado de asistir con su padre al evento. Se van, según sus palabras, habiendo recibido mucho más de lo que han dado, y también habiendo dado un sentido solidario a la Navidad.

Voluntarios del Banco Santander saludan con los brazos abiertos a David, un niño con autismo que recibe ilusionado su regaloNadiesolo

Para conocer más sobre esta y otras iniciativas de voluntariado puedes visitar la página web de Nadiesolo.