Madrid
¿Sabías que las reliquias de San Valentín están en Madrid?
Las reliquias del santo de los enamorados se encuentran en la parroquia de San Antón, en el madrileño barrio de Chueca
Pocos saben que los restos mortales de San Valentín, el patrón de los enamorados, están en Madrid. Para visitarlas solo hay que acudir a la iglesia de San Antón, ubicada en el barrio de Chueca en el número 63 de la calle Hortaleza. En una urna de cristal, situada el extremo derecho de la parroquia, el cráneo, las tibias y otros restos del mártir se exponen ante los ojos de los fieles que quieran acercarse a venerarlos. A continuación te contamos la historia de San Valentín, el santo que toda pareja debe conocer.
La historia de San Valentín
Existen varias versiones sobre quién fue San Valentín. En la Enciclopedia Católica se habla de hasta tres personajes distintos que murieron mártires en el año 270 d.C.– momento en el que ostentaba el poder el Emperador Claudio II– por lo que todos ellos podrían encajar con la figura del santo. Quien encarnó a San Valentín podría haber sido un médico romano que ejerció el sacerdocio, un obispo de la ciudad italiana de Terni, o un hombre originario de la provincia romana de África. A estas tres posibilidades se le suma otra más, ya que también hay quien dice que sería un obispo del siglo V llamado Valentín de Recia.
La posibilidad más ampliamente asumida es la de que San Valentín sería el obispo de Terni, quien se opuso a la prohibición romana que negaba a los soldados la posibilidad de casarse. Este decreto del emperador se debía a que consideraba que al tener mujer e hijos, los soldados no afrontarían las batallas con la misma actitud, por creer que existía una incompatibilidad entre el amor y la profesión de soldado. Para el santo esto era un sinsentido, ya que no creía que esto influyera en las agallas de los romanos a la hora de luchar. Pero por encima de todo, no consideraba justo que los miembros del ejército tuvieran que renunciar al amor. Por eso, contradiciendo al emperador, San Valentín comenzó a casar de forma clandestina a cientos de parejas, poniendo en relieve la importancia del sacramento del matrimonio. Al enterarse el emperador de lo que estaba sucediendo, lo mandó decapitar. Por eso, debido a la importancia que San Valentín le dio al amor, se le ha considerado por excelencia como el patrón de los enamorados.
¿Cómo llegaron las reliquias hasta Madrid?
Otros lugares que aseguran tener las reliquias de San Valentín
Como ocurre con la gran mayoría de reliquias, también hay otros lugares del mundo que aseguran tener en posesión las reliquias de San Valentín. De hecho, si sumáramos todos los restos que abogan ser los verdaderos, tendríamos varios cráneos y otros cuantos huesos multiplicados. En primer lugar tendríamos Roma, ciudad en la que podemos encontrar el supuesto cráneo del santo en la Basílica de Santa María de Cosmedin (muy visitada principalmente porque en el pórtico de entrada podemos encontrar la famosa Boca de la Verdad). También Dublín cuenta con un pequeño recipiente teñido de sangre del mártir que podemos visitar en la iglesia de Whitefriar Street. Habría llegado hasta Irlanda gracias al sacerdote John Spratt, muy conocido por su capacidad de oratoria y que habría recibido la reliquia como regalo del Papa Gregorio XVI tras dar un sermón en Roma que habría gustado especialmente.
Otros lugares que se arrojan la custodia de los restos de San Valentín son Praga (en la iglesia de San Pedro y San Pablo en Vyšehrad), Chelmno (en Polonia, concretamente en la parroquia de la Asunción de Santa María), Viena (en la catedral de San Esteban), Gorbals (en Glasgow, Escocia), Birminghan (Reino Unido, en Birmingham Oratory), Balzan (Malta), Savona (Italia, en la Catedral de Santa María Assunta), Lesbos (Grecia) o Roquemaure (Francia). Las reliquias de estas dos últimas ubicaciones salen el procesión por las calles anualmente para conmemorar al santo.