El Gobierno vuelve a activar a sus ministros para hacer campaña contra Ayuso
El Ejecutivo de Pedro Sánchez, a menos de tres meses de las elecciones, ha vuelto a activar el 'comodín Ayuso' para retomar la guerra con Sol
El estallido de la pandemia provocó que el Ejecutivo de Pedro Sánchez pusiera el foco sobre la Comunidad de Madrid. Tres años después, ese foco, lejos de haberse apagado, continúa más encendido que nunca. Desde primeros de octubre de 2020 hasta la actualidad, Moncloa abrió las puertas a una lucha fratricida que, lejos de finalizar, continua bien abierta.
El 21 de octubre, 24 banderas enviadas por Moncloa a la Puerta del Sol –la mitad de ellas de España y la otra mitad de la Comunidad de Madrid– aparentaban una lealtad institucional por parte del Ejecutivo central que duró lo que tardó Pedro Sánchez en volver a montarse en su coche oficial. Tres semanas después, el presidente del Gobierno convocaba un Consejo de Ministros extraordinario para declarar de forma unilateral un estado de alarma a la ciudad de Madrid y ocho municipios más de la región. Tres semanas donde se desató el principio de la explosión política de Ayuso, la evaporación de Ciudadanos y el principio del fin de Iván Redondo. En definitiva, el estallido de una guerra sin cuartel que entre otros feos destacaron el que que Sánchez nunca visitara ni el hospital de campaña de IFEMA ni el Isabel Zendal.
Una batalla que años después –y una pandemia superada– continúa. Ni siquiera la aplastante victoria de Ayuso del 4 de mayo de 2021 sirvió para que Moncloa pisara el freno. Se ha convertido desde entonces en algo habitual que cualquier ministro que pase por la sala de prensa de Moncloa cargue contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid y su presidenta, Isabel Díaz Ayuso.
En sucesivas ocasiones, todos los ministros han dejado a un lado la cartera ministerial para coger el argumentario socialista y cargar contra la lideresa madrileña. En marzo de 2021, cuando faltaban tres meses para las elecciones, María Jesús Montero –quien durante casi una década como consejera de Salud en Andalucía implementó una polémica política sanitaria que acarreó protestas históricas– envió un dardo envenenado a Díaz Ayuso y espetó que «no se juega con la vida de las personas».
Tres meses después Ayuso arrasaba en las urnas y teñía de azul 176 de los 179 municipios de la Comunidad de Madrid, sumando más escaños que toda la izquierda junta.
Una victoria que no hizo frenar los ataques hacia su gestión. Otro ejemplo ocurrió este verano, concretamente en el mes de julio, cuando Pilar Alegría, ministra de Educación, se puso el traje de portavoz del PSOE para criticar el plan de becas del Gobierno de Ayuso y acusó de «quitarle a las clases trabajadoras y medias lo que pagan con sus impuestos para dárselo a unos pocos que cobran 100.000 euros». Días después, Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación, también usó el 'comodín Ayuso' y definió a la madrileña como «negacionista de la Ciencia» en relación a su gestión durante la pandemia.
Ayuso no se quedó callada ante los ataques y aprovechó las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno marcar el paso a su partido y plantar cara al Gobierno: «Madrid no se apaga. Esto genera inseguridad y espanta el turismo y el consumo. Provoca oscuridad, pobreza, tristeza», publicó en las redes sociales. El Gobierno de Ayuso recurrió al Constitucional y el Gobierno de Sánchez utilizó este órdago para cargar, más si cabe, las tintas contra el Ejecutivo de Sol.
Enmienda a la totalidad a la gestión de Sol
La huelga sanitaria que comenzó en Madrid el pasado mes de octubre fue la excusa perfecta para no soltar la presa del argumentario socialista con la presidenta madrileña.
Aprovechando este conflicto, Sánchez decidió saltar al ruedo de la confrontación y aprovechó una comparecencia que tenía como objeto hablar del último Consejo Europeo para arremeter contra la presidenta madrileña: «¿Queremos tiempos prudenciales para una prueba médica que pueda suponer la diferencia entre la vida y la muerte, o aceptamos con normalidad que a pocos metros de donde estamos debatiendo –en clara alusión a la Puerta del Sol, sede del gobierno regional– la Administración autonómica sanitaria esté dando citas para dentro de un año?», preguntó de forma irónica. Unos datos que más tarde, desde el entorno de la presidenta, calificaron de «falsos».
En noviembre, también desde el Palacio de la Moncloa, la ministra de Sanidad y candidata por el PSOE a la Alcaldía de las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, consciente de que el conflicto sanitario en Madrid sería tema de preguntas exhibió unos gráficos comparativos a nivel nacional y Madrid, que sus colaboradores imprimieron a un tamaño considerable, y que eximían de toda responsabilidad al Gobierno de Pedro Sánchez.
Sin dejar de mirar a cámara, Darias afirmó que el Ejecutivo ha ido aumentando la financiación sanitaria de las comunidades: «En el Gobierno de España estamos haciendo un esfuerzo sin precedentes para reformar cada una de las capacidades del Sistema Nacional de Salud. Estamos revirtiendo los recortes que el PP realizó en su etapa», continuó. La ministra lamentó que Madrid sea la «antítesis» del resto de comunidades autónomas, que están incrementando las plazas ofertadas. Darias completó una enmienda a la totalidad a la gestión sanitaria de Madrid.
Y ya en 2023, con la maquinaria electoral a todo gas y a menos de tres meses de los comicios autonómicos, es cuando el PSOE ha desplegado más pólvora contra la dirigente popular.
En menos de una semana, dos ministros se han sumado a sendos actos críticos con el Gobierno madrileño. Félix Bolaños acudió junto a Juan Lobato, candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, a visitar a los afectados por las obras de la línea 7b de Metro y acusó de «negligencia» al gobierno regional y de «abandonar a los vecinos», además de pedir que «no voten al PP».
Días después fue Reyes Maroto, candidata del PSOE a la Alcaldía de Madrid –y todavía ministra de Industria– la que se personó en la manifestación sanitaria del pasado lunes, sin soltar la cartera ministerial, para acusar a la presidenta de la Comunidad de Madrid de «mirar para otro lado». Días antes había cargado también contra la lideresa madrileña a cuenta de su viaje a Londres asegurando «vendía» como éxito propio inversiones de Microsoft en Madrid que «ha traído» el Gobierno central, aseguró Maroto.
El conflicto como rutina
Desde la puerta del Sol, en conversación con El Debate, al ser preguntados por esta forma de proceder la califican de «escándalo » y exigen al Gobierno que «arreglen los problemas de España en vez de criticar al Gobierno de Madrid».
La pandemia incluyó como rutina hábitos como la incorporación de las mascarillas a nuestra vestimenta, la realización de test masivos… En Moncloa sumaron, además, la guerra con la Comunidad de Madrid a su ritual de hábitos. Hoy tres años después, las mascarillas y los test son ya cosa del pasado. Sin embargo, en Moncloa la batalla contra Díaz Ayuso continúa muy presente.