Desmantelan la organización de los aluniceros Samuelillo y El Gordo Maya, ahora también secuestradores

La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido a 13 personas, procedentes de varias bandas, implicadas en más de medio centenar de delitos

La Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Civil, ha desmantelado una organización criminal especializada en secuestros exprés y robos con violencia a otros grupos delictivos. Los detenidos realizaban «vuelcos» de droga y solicitaban rescates para liberar a las víctimas. En total 13 personas han resultado detenidas, entre las que se encontraban dos conocidos delincuentes, Samuelillo y El Gordo Maya.

La investigación se inició el pasado verano tras detectarse robos de vehículos en la provincia de Toledo y un secuestro en la zona sur de la Comunidad de Madrid. Más recientemente habían secuestrado a un empresario en una localidad al norte de la capital, lo que ha permitido identificar a los detenidos.

Las investigaciones comenzaron cuando los agentes localizaron un vehículo que podría haberse utilizado para el secuestro y que permitió identificar a un individuo que formaba parte de este grupo organizado. Adquirían coches siniestrados y los modificaban con piezas de automóviles robados que después eran utilizados para cometer los asaltos. Se trataba de ejemplares de alta gama, conducidos por conocidos delincuentes expertos en alunizajes. En estos robos empleaban altas dosis de violencia, en sus huidas no dudaban en embestir a los vehículos policiales para darse a la fuga.

Secuestros exprés

Continuando con las investigaciones, los agentes advirtieron que la organización actuaba eligiendo su objetivo y emprendiendo labores de vigilancia, para conocer sus horarios y desplazamientos habituales. Después, las víctimas eran asaltadas con armas e fuego, golpeadas y amenazadas, momento en el que sufrían graves lesiones como quemaduras de primer grado, cortes en extremidades o fracturas óseas.

Los rehenes eran encerrados en una nave de la localidad de Toledo donde eran sometidas a sesiones de tortura hasta lograr el pago de elevadas cantidades superiores a 50.000 euros. Una vez recibido el dinero, las víctimas eran puestas en libertad, aunque en algunos casos siguieron recibiendo amenazas de muerte para evitar que denunciasen los hechos. Ante la falta de la información que las víctimas podrían haber proporcionado, los agentes se enfrentaron a grandes dificultades en su investigación.

Operación en dos fases

La primera fase de la operación tuvo lugar el pasado mes de diciembre, cuando se logró detener a ocho personas. En aquel registro se recuperaron ocho vehículos sustraídos, piezas de coches robados, material para el robo, grandes cantidades de dinero en efectivo y armas de fuego. En aquel momento ya se vieron implicados los dos cabecillas de la organización. Ambos resultaron heridos cuando intentaban huir de la policía saltando desde un segundo piso.

Esta segunda fase arrancó con el secuestro de un empresario en una localidad del norte de Madrid. Se pudieron identificar y detener a los demás integrantes de la organización. Se les atribuyen más de medio centenar de delitos entre los que destacan: pertenencia a grupo criminal, secuestro, robo con violencia, robo con fuerza y robo de vehículos.