El centro cultural La Casa Encendida cumple dos décadas de actividad

Esta obra de la Fundación Montemadrid, La Casa Encendida, lleva dos décadas ofreciendo el arte más actual, además de programas educativos que giran en torno a la cultura y la promoción de los valores de solidaridad y respeto al medio ambiente. Con motivo de este aniversario, durante el mes de marzo se podrán encontrar exposiciones y actividades que reflexionen sobre la historia de esta institución.

Aquella Casa Encendida

Uno de los proyectos vertebrales de este aniversario es el archivo documental expuesto desde hace pocos días en sus instalaciones, elaborado por Isabella Lenzi y Lluís Alexandre Casanovas Blanco. Es un recorrido por la huella material que ha dejado este centro cultural con el paso de los años, acompañada del testimonio que aclara el significado de cada objeto. Artículos de periódico, fotografías, folletos, catálogos de exposición, son algunas de las muestras que hablan de la existencia de La Casa Encendida.

Uno de ellos es especial, pues alude al porqué de su nombre. La entidad decidió contar con la ayuda del poeta Fernando Beltrán, propietario de la agencia El nombre de las cosas, para cambiar el de su edificio Casa de Empeños y desvincularlo del imaginario de dificultades económicas. El poeta propuso tres opciones vinculadas a escritores españoles, entre las que fue seleccionado el título de un poema y un poemario de Luis Rosales La casa encendida (1949).

Apoyo al arte joven

Situada en la Ronda de Valencia, en el Barrio de Lavapiés, hace una labor de apoyo al trabajo de jóvenes creadores, a los que dan soporte y difusión de sus trabajos. Un ejemplo de ello es el artista Santiago Ydañez (Jaén, 1976) que formó parte de la primera convocatoria de Generaciones, en el año 2002. Fue premiado por sus obras pictóricas con la colaboración de Caja Madrid. Su trabajo se centraba en rostros de animales o niños, donde daba protagonismo a las emociones básicas del ser humano, las más esenciales y su procedencia instintiva. Tiempo después, sus lienzos forman parte de importantes colecciones como el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid o el Museo Reina Sofía.

Ydañez recuerda que «en ese momento estaba trabajando en París» y aún era un artista emergente. Cuando recibió el premio de pintura y participó en una exposición con los otros artistas seleccionados se sintió agradecido, porque en esos momentos iniciales «el reconocimiento siempre es importante». Echando la vista atrás, desde el principio le pareció que La Casa Encendida «era un proyecto consolidado».

Actualmente, el programa Generaciones también consiste en poner las salas del centro cultural a disposición de los artistas seleccionados. Mar Guerrero (Mallorca, 1991) ha formado parte de la edición de 2022. Su estética gira en torno a lo natural y el ecosistema marino, a través de la instalación, la escultura o el fotomontaje. En este caso ha presentado una instalación de nueve piezas escultóricas titulada Un viaje eterno, una reivindicación de la protección a la naturaleza, el reciclaje y la reutilización de materiales orgánicos o desechados. Para la ocasión ha optado por emplear silenciadores de motocicleta, vidrio soplado y pelo canino.

El programa especial

Conmemorando su aniversario, este año 2023 ha preparado una exposición anual, Reivindicar la resiliencia. Es el proyecto diseñado por un colectivo externo para recuperar el sentido del término como una actitud colectiva, una forma de curación, resistencia y aguante. En ella se muestran las obras de los artistas Dominique White, Monia Ben Hamouda, Naomi Rincón Gallardo y Bianca Bondi. El auge de esta palabra se esconde detrás de un sentimiento general de la necesidad de sobreponerse a «un estado de emergencia permanente».

Además, el centro va a moderar unos encuentros en torno a las Ecotropías. Un ciclo «para alumbrar relatos que hagan creíbles y deseables los cambios necesarios para la sostenibilidad del planeta». Tendrá lugar del 21 al 25 de marzo y contará con un foro abierto.

No podemos finalizar este repaso por el 20 aniversario de La Casa Encendida sin mencionar el programa Un piano preparado, con el mismo título que una de sus primeras actividades que congregó multitudes en su momento. Desde el 18 de marzo hasta el 9 de abril se puede visitar Memoria de las frutas (diáspora) de la artista y cineasta madrileña Claudia Claremi, donde cavila sobre lo que suponen para ella sus raíces cubanas a través del recuerdo del sabor de las frutas tropicales, imposibles de encontrar en otros lugares.

La Casa Encendida, en pleno eje del arte, es un gran edificio que alberga un gran número de propuestas expositivas, educativas y de acción social. Este centro cultural conmemora estas dos décadas de actividad echando la vista atrás y prolongando las raíces de sus propósitos fundacionales. Los próximos meses su agenda estará repleta de muestras que representen sus valores y llenarán su espacio de autenticidad.