Madrid
Los okupas de Majadahonda intentaron meterse en otro edificio este sábado
Una inquietud que muestran los vecinos es que aumenten las okupaciones. Hace meses ya desalojaron otro edificio y ahora se ha saldado otra nueva intervención
Los vecinos del centro de Majadahonda pueden respirar aliviados por el momento, tras un año de inseguridad e inestabilidad por la okupación de un edificio. Este domingo han sido desalojadas todas las personas que vivían allí de forma ilegal. El Debate se ha acercado al municipio madrileño para preguntar a los vecinos cómo han vivido este tiempo de inestabilidad. Además, nos han indicado que este sábado los okupas intentaron meterse en otro edificio próximo al que han desalojado.
Muchos vecinos han explicado que estaban hartos de la okupación: «Apenas podías pasear por la acera ni ir a misa porque te increpaban», nos explicaba una mujer de la zona. «No ha sido nada agradable esta situación porque estaban continuamente agrediendo a la gente que pasaba y apenas dejaban circular coches», añadió.
El dueño de un local cercano nos subrayaba que «este tiempo se ha vivido con miedo y ha sido una situación muy peligrosa». Y añadía: «No entiendo cómo puede pasar esto, la política y las leyes tienen toda la culpa». El hombre también nos explicaba como esta inseguridad se traducía en «robos y peleas».
El piso okupa de Majadahonda
Una inquietud que han mostrado los majariegos es que estos casos de okupaciones aumenten. Hace meses ya desalojaron otro edificio cercano a este y ahora se ha saldado otra nueva actuación. Además, hablando con los vecinos de la zona, han indicado que estos okupas intentaron meterse en otro edificio, ubicado en la calle Erillas.
El Debate se ha acercado a este inmueble que está ahora mismo en construcción y el encargado de la obra así lo ha confirmado. «Efectivamente, el sábado intentaron meterse en el edificio, por suerte las alarmas saltaron y se presentó la policía» explicó.
Entrada del piso okupa Majadahonda
El municipio ahora respira tranquilo y empatiza con los okupas «hay que ser humanitario y sentimos que esta gente se quede sin hogar, sobre todo por los niños. Lo que tiene que hacer el ayuntamiento es construir viviendas para paliar estas prácticas».
Pero tampoco olvidan, «no es normal lo que ocurría, es que eran muy violentos y sembraban el miedo en la zona, en el bar –próximo a una glorieta– ha habido muchas peleas. Entonces, toda esta situación generaba muchísima inseguridad y miedo», relataban varias personas del municipio.
«Fíjate, ayer cuando les echaron bajaban por esta calle y me decía mi marido que había que tener muchísimo cuidado porque ahora se querrán meter en algún otro sitio», nos indicaba una vecina de la localidad madrileña. Por el momento agentes de la Guardia Civil y Policía Local peinan todo el municipio.
El piso que intentaron okupar este sábado en Majadahonda
Así se gestó la desokupación
El domingo a primera hora de la mañana un operativo formado por 120 agentes de la Guardia Civil y 30 efectivos de la Policía Local junto con la empresa privada Desokupa participaron en el desalojo del edificio en Majadahonda. Tras el intento fallido de la semana pasada, todo el grupo se empleó a fondo para conseguir su objetivo.
La empresa privada solicitó al Juzgado una medida cautelar de desalojo inmediato como consecuencia de los graves altercados vividos en el anterior intento de desalojo en el que los okupas agredieron a los trabajadores con piedras, adoquines y cuchillos.
Un vigilante resultó herido con un corte en la mano en el transcurso de los incidentes que se produjeron en el rellano del inmueble, donde los okupas del bloque lanzaron pedradas a los agentes y a los miembros de Desokupa. Además, amenazaron a los efectivos con cuchillos de grandes dimensiones.
El dispositivo policial se saldó con al menos cinco detenidos y se ha logrado recuperar el edificio de tres plantas. En una vivienda vivía una familia con hijos, quedando los menores a cargo de servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid.
El propietario del edificio de la calle Ciriaco García número 6 contrató a la empresa Desokupa para ayudar a recuperar el inmueble, en el que residían de forma ilegal al menos una veintena de magrebíes. Estos habían accedido al inmueble gracias al guardia que custodiaba el edificio que se lo había alquilado a los okupas sin permiso del dueño.