La Gran Vía madrileña
¿Por qué hay dos misteriosas flechas en el suelo de Gran Vía?
Para comprender las razones hay que alzar la vista y remontarse a las grandes historias de la mitología griega
Se ha dicho muchas veces que Roma, non basta una vita: «para conocer Roma, no basta una vida». Algo parecido podría decirse de Madrid, que sólo revela sus secretos a los observadores más atentos. Las misteriosas y discretas flechas de Gran Vía son uno de ellos.
En el número 32 de la calle más conocida y transitada de España, frente al monstruoso bazar de Primark, la huella de dos flechas de un metro cada una parece haberse petrificado para siempre. Pero, ¿Qué hacen ahí? La razón no está muy lejos. Basta alzar la vista al cielo.
Las misteriosas flechas de Gran Vía
Un mito griego
La historia de las flechas de Gran Vía es, en realidad, una vieja historia de amor que hunde sus raíces en la mitología griega. Cuando uno alza la vista puede ver que la cornisa del edificio 31 está coronada por una estatua de Diana la Cazadora. La diosa griega, protectora de la naturaleza y de la Luna, aparece rodeada por cinco perros mientras tensa un arco apuntando hacia el frente.
Las flechas están dirigidas hacia los tejados de enfrente, en el número 32, presididos por una escultura del Ave Fénix con el joven Endimión en su lomo. Cuenta el mito que Diana visitaba a este joven pastor cada noche al bajar de la luna. Entonces Zeus, padre de Diana y enfurecido por el romance, envió al Ave Fénix para secuestrar a Endimión.
Pero Diana no se resigna, y desde entonces trata de acabar con el Ave Fénix con la ayuda de su arco. Las flechas del suelo son aquellas que no han conseguido alcanzar su objetivo. La Gran Vía madrileña es el escenario de esta vieja historia, congelada en sus cornisas para la eternidad.
La historia de las esculturas
Así lo hace desde el año 2017, cuando esta escultura de 900 kilos representa a los enamorados de la capital, brillando para siempre al sol desde las alturas.