Begoña Villacís, una vicealcaldesa con un futuro incierto
Villacís ha vivido su momento culmen en política siendo la vicealcaldesa de Martínez-Almeida. Cuatro años después, la mayoría de encuestas la dejan sin representación a partir del 28 de mayo
Ciudadanos vivió las mieles del éxito en 2019. La formación naranja consiguió uno de sus propósitos y una bisagra en esos comicios municipales y autónomos pactando a izquierda y derecha. La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital fueron el ejemplo más significativo de exhibición de su músculo electoral. Consiguió la vicepresidencia y la vicealcaldía de ambas instituciones.
En el caso del consistorio madrileño, Begoña Villacís, una de las caras más conocidas del partido liberal, se convertía en la pareja de baile político de José Luis Martínez-Almeida que conseguía recuperar la alcaldía para el PP tras el gobierno de Manuela Carmena.
Ciudadanos entró en el Gobierno de coalición del Palacio de Cibeles, tras una larga negociación de más de nueve horas que culminó con un pacto nocturno donde se acordó que Ciudadanos gestionaría cuatro áreas de Gobierno: La vicealcaldía, para Villacís, asumiendo competencias como la secretaría de la Junta de Gobierno, Trasparencia y Calidad del Servicio, Participación Ciudadana, Relaciones del Ayuntamiento con la FEMP, entre otras. Además, los naranjas gestionarían el área de Economía y Empleo, Desarrollo Sostenible, Familias, Igualdad y Bienestar Social.
Cuatro años de intenso gobierno donde la pandemia y Filomena lo coparon todo. Mientras que en la Comunidad de Madrid ese gobierno de coalición entre 'populares' y naranjas saltó por los aires por la deslealtad y las ansias de poder del entonces vicepresidente madrileño Ignacio Aguado, al que conquistaron los cantos de sirena provenientes de Moncloa, en Cibeles el gobierno entre PP y Ciudadanos ha sobrevivido toda la legislatura.
Sin embargo, en estos últimos tiempos el PP ha ido, poco a poco, comiendo terreno electoral a su socio de gobierno y volviendo a seducir a un electorado que un día salieron del PP para recalar en Ciudadanos, pero que, encuesta tras encuesta, se reflejaba que volvían a casa y que provocaron que en las siete plantas de la calle Alcalá cundiera el pánico y el nerviosismo. Una situación que provocó que el liderazgo de Inés Arrimadas comenzara a tambalearse y acabara por entregar el cetro del partido. El nombre de Villacís sonó como opción de recambio, pero ella siempre lo desmintió por activa y por pasiva.
De negociar con el PP a naranja convencida
Ciudadanos se desangraba electoralmente y sus dirigentes iban buscando acomodo en el PP a la misma velocidad que los votantes naranjas regresaban al redil 'popular'. Entre esos dirigentes estuvo hasta Begoña Villacís, que estableció conversaciones con Génova tras valorar «ser una corriente interna dentro del PP», según desveló el diario El País. Finalmente esas conversaciones nunca llegaron a buen término y Villacís enmendó su discurso. Pasó de ofrecerse como esa corriente interna dentro de los 'populares' a estar «convencida de que el espacio de Ciudadanos es fundamental» y anunciar su apuesta por liderar «el espacio de centro liberal en Madrid.
Un volantazo, unido al desgaste de la marca electoral de Ciudadanos, que ha provocado que todas las encuestas dejen al partido liberal fuera del Palacio de Cibeles. De ser equipo de Gobierno a un posible destierro político. De ser vicealcaldesa a un futuro incierto.