Gran despliegue policial para blindar el acto de campaña del PSOE con Sánchez en Madrid
Media docena de vehículos policiales y una decena de secretas para escoltar al presidente del Gobierno a su llegada al acto del PSOE en Madrid
Hace mucho que Pedro Sánchez no se sube al Peugeot 407 para desplazarse a los actos oficiales del PSOE. Sí lo hizo en 2017, cuando recorría España tratando de ganarse la confianza de las bases del partido para revalidar al frente de la secretaría general. Entonces no había llegado a la presidencia del Gobierno y su copiloto en aquellos días era Adriana Lastra, su «compañera» en los momentos difíciles -como se refirió a ella este miércoles en Gijón-, aunque ahora la ha cambiado por un puñado de escoltas trajeados que flanquean el coche oficial con sus vehículos.
Cuatro o cinco furgones policiales, dos o tres de patrulla, una pareja de Policías a caballo y alrededor de una decena de escoltas trajeados esperan a las 18.30 horas en las inmediaciones del Parque Forestal de Entrevías; el mitin en el que participa Pedro Sánchez junto a Reyes Maroto y Juan Lobato va con retraso porque el presidente del Gobierno no ha llegado al auditorio. «Llega en cinco minutos», «¿Ha salido ya?», comentan un par de agentes. Justo en ese momento hace acto de presencia el ministro Bolaños, al que también vigilan un par de escoltas.
A la entrada del recinto la gente hace cola para entrar y la fila avanza relativamente despacio debido a las medidas de seguridad dispuestas en la puerta. Dos personas de una empresa de seguridad privada miran cada bolso, bolsa, mochila o riñonera y pasan a todos los asistentes un detector de metales portátil.
En la acera es fácil intuir por dónde llegará la comitiva de Sánchez porque dos zonas de aparcamiento están precintadas para que nadie estacione y justo en ese punto se concentra el mayor número de agentes de la Policía Nacional. Cada vez que un vehículo hace el amago de detenerse un agente se acerca tocando el silbato y gesticulando para que continúe la marcha. Mientras tanto, otro grupo de policías debate sobre si hacer una fila desde la valla que rodea el auditorio hasta donde se va a detener el coche.
Faltan cinco minutos para las 19 horas y al fondo de la calle asoman dos motos de la Policía, detrás una fila de tres vehículos. Los escoltas, o agentes de paisano, hablan por el pinganillo y se acercan para abrir la puerta a Pedro Sánchez que baja del coche con 25 minutos de retraso; llegar tarde es ya una de sus señas de identidad.
Víctimas de la ocupación se queda fuera del acto
A pesar de los controles no hay demasiados problemas para acceder al acto público, aunque sí ha habido gente a la que se le ha negado el acceso. A las puertas del auditorio se han quedado un grupo de personas que pertenecen al colectivo Víctimas de la Ocupación a los que no han dejado acceder al recinto, portan una pancarta denunciando su situación: «no somos un bulo».
Ricardo Bravo, responsable de la plataforma Afectados por la Ocupación comenta que se les ha negado la entrada por portar, precisamente, la pancarta. Aunque han intentado conseguir el permiso no ha habido suerte. «Hemos hablado con Emma López, concejala socialista que ha estado involucrada en casos de okupación y no nos ha dejado pasar», lamenta. Acompañado por un grupo de miembros del colectivo, Ricardo critica que el motivo del veto sea la pancarta y su mensaje, «parece ser que decir que somos afectados por la okupación hiere las sensibilidades del Partido Socialista».