Madrid
San Antonio de la Florida, la ermita madrileña que está estrechamente ligada con Goya
La ermita está decorada con frescos de Goya y además alberga, desde 1919, los restos del famoso pintor
La ermita de San Antonio de la Florida está situada en en la glorieta de nombre homónimo entre los barrios de Moncloa-Aravaca. Es uno de los tres templos consagrados a este santo en Madrid que han resistido el paso de los años, junto con San Antonio de los Alemanes y Retiro. Es célebre por su estrecha conexión con Goya, ya que sus techos están decorados con frescos del famoso pintor y además alberga sus restos mortales.
Las ermitas gemelas
Si visitamos hoy la ermita, encontraremos un museo. En origen sí que albergó una parroquia, que abrió sus puertas en 1881, y se declaró Patrimonio Nacional en 1905, pero con el objetivo de conservar en perfecto estado las pinturas, en 1928 se decidió trasladar el culto a una ermita contigua de nueva edificación, réplica de la original, y mantener la primera como museo. Por fuera puede parecer un edificio no muy llamativo por su carácter neoclásico de estilo sobrio y ordenado, pero una vez en el interior la visión es todo un espectáculo, pues la sencillez de la arquitectura se ve complementada con la profusión de las pinturas al fresco.
Goya, como pintor de cámara, fue el encargado en 1798 de realizar la decoración de la ermita. Este trabajo le llevó seis meses. Los temas más relevantes representados en los frescos son la Adoración de la Trinidad y el Milagro de San Antonio, éste último pintado en la cúpula central con un trampantojo que simula una barandilla. El episodio de la vida del santo que narra es cuando San Antonio resucitó a un hombre para que testificase en el juicio a favor de su padre, al que habían acusado falsamente de cometer un crimen.
Los restos de Francisco de Goya
Francisco de Goya (1746-1828) fue un pintor que practicó diversos géneros como la pintura de caballete, mural, el grabado o el dibujo, y transitó diferentes estilos artísticos como el rococó, el neoclasicismo o incluso el prerromanticismo. Son muy conocidas también sus pinturas negras, obras realizadas al final de su vida en las paredes de su propia casa y que hoy se encuentran en el Museo del Prado. Algunas de ellas son Saturno devorando a su hijo, Judith y Holofernes o Dos viejos comiendo sopa. Pero ante todo, Goya siempre destacó por su propuesta personal de la pintura, ya que no estuvo adherido a un grupo concreto. Consiguió desmarcarse y crear su propio estilo «goyesco».
Tras su muerte, los restos fueron transportados en varias ocasiones de un lado a otro, hasta que finalmente fue construido su mausoleo definitivo en San Antonio de la Florida a petición de Alfonso XIII. Allí fue trasladado solemnemente en 1919 desde la ciudad francesa de Burdeos, donde había fallecido. El acto contó con la presencia de representantes tanto de la Casa Real como del Gobierno. La lápida descansa ahora a los pies del presbiterio, bajo los ángeles a los que el propio Goya dio forma. Sin embargo, en uno de los traslados se perdió la calavera, por lo que los restos se encuentran incompletos.
Horarios de visita
- GENERAL: De martes a domingos de 9:30 a 20 horas.
- VERANO : De martes a domingo de 9:30 a 19 horas.
La verbena de San Antonio de la Florida
San Antonio de Padua fue un santo medieval de la orden franciscana. Es conocido por ser mediador para encontrar objetos perdidos, por ser patrón de los solteros y protector de los hijos. También es uno de los santos cuya devoción está más extendida y además es uno de los que más rápidamente alcanzó la canonización. Por eso, cada 13 de junio se celebra una verbena en honor a este santo en el Parque de la Bombilla que se encuentra en las inmediaciones de la ermita.
En este día de fiesta, los madrileños pueden disfrutar de atracciones, puestos de comida y conciertos. Además, algunas de las tradiciones de antaño todavía se mantienen, siendo una de las más populares la de los alfileres, que predice la suerte en el amor que tendrán las chicas jóvenes ese año. Para averiguarlo, hay que meter la mano en la pila bautismal donde previamente se han depositado trece alfileres y después observar cuántos se han clavado. El recuento indicará cuántos novios tendrá la joven ese año. Otra de las tradiciones que a día de hoy continúan es la de los panecillos de San Antonio. Consiste en repartir dos panecillos por persona, uno de ellos hay que comérselo, y el otro debe guardarse con una moneda en su interior para garantizar la suerte y el sustento.
Esta verbena también tiene apariciones en la cultura popular, por ejemplo en el poema de Madrid divinamente del poeta Blas de Otero, que la menciona en unos versos: «Madrid, divinamente//suenas, alegres días//de la confusa adolescencia,//frío cielo lindando con las cimas//del Guadarrama,//mañanas escolares,//rauda huida//al Retiro, risas//de jarroncito de porcelana, //tarde// de toros en la roja plaza vieja,// pues me iría y a ver la verbena//en San Antonio o San Isidro (...)»
La visita al completo
Además de acceder al museo, en los alrededores de la ermita también hay algunos lugares de visita obligada. En primer lugar, también en honor al pintor, podemos encontrar una estatua de Goya a la salida del museo. Y para terminar la jornada siempre es buena idea acercarse a Casa Mingo. En este restaurante centenario que lleva abierto desde 1888 podremos disfrutar del tradicional pollo asado acompañado con sidra.