El canódromo de Madrid, uno de los mejores planes de ocio de los años 60 y 70

Lo que hoy es un Centro Deportivo Municipal en Carabanchel fue, en sus inicios, un canódromo. Las carreras de galgos, que actualmente han quedado como actividad residual de algunos pueblos, eran antes uno de los mejores planes de ocio para disfrutar de los fines de semana en la ciudad.

Las carreras de galgos tuvieron su auge en los años 60 y 70. Contaban con un gran número de aficionados que acudían a sentarse en las gradas para observar el espectáculo, hasta que con el paso de los años el descenso de la demanda obligó a cerrar.

Apostar unas pesetas

Algunos lectores se acordarán de las mañanas del domingo acudiendo para apostar algunas pesetas por el can más veloz de los que se disputaban el premio. Sin duda, se trataba de un plan muy popular pero que hoy ha quedado en el olvido. Los perros corrían ágiles detrás de la liebre mecánica y los espectadores seguían con atención su trayectoria por la Vía Carpetana a través de los prismáticos.

La Sociedad Canódromo Madrileño era quien estaba al frente de la iniciativa, que encargó a los arquitectos José Ramón Azpiazu Ordóñez y Pedro Pinto Martínez y los ingenieros José Antonio Torroja Cavanillas, Florencio del Pozo Frutos y Rafael López Palanco, la construcción de unas instalaciones adecuadas. Así lo hicieron, y con la intención de ser más pragmáticos se alejaron de algunas de las soluciones arquitectónicas –como la membrana de paraboloides hiperbólicos– que había empleado el arquitecto Torroja en la elevación del Hipódromo de la Zarzuela, un espacio dedicado también a las carreras, pero de caballos.

A cambio, el graderío se cubrió con bóvedas laminares de hormigón armado plegado y nervios rigidizadores apoyados sobre pórticos de hormigón de uniones articuladas. Esta cubrición volada se inspira en el vuelo de una bandada de aves.

Las instalaciones comprendían el graderío cubierto y además un hall de apuestas, la pista para las carreras, y las perreras, donde descansaban los galgos después de las competiciones. En el canódromo se llegaron a disputar campeonatos a nivel nacional desde su apertura en el año 1962 hasta su cierre.

En un inicio también se planteó la construcción de otras instalaciones complementarias como piscinas, restaurante y bolera. La idea era hacer del lugar una especie de club, pero la propuesta no llegó a germinar y finalmente no se ejecutaron estas obras.

La liebre dejó de correr

En 1989 el canódromo se cerró. El último torneo se había celebrado en 1987, pero el descenso de la demanda obligó a poner fin a la empresa. Tras esto, el lugar vivió una historia de intentos fallidos y transformaciones hasta convertirse en un Centro Deportivo Municipal.

Los dos primeros años tras el cierre hubo una absoluta inactividad. Después se decidió reconvertir en un velódromo (instalaciones para carreras de ciclismo). Se desembolsaron 6 millones de euros, pero no llegó a despegar.

Las instalaciones se incluyeron en la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de 2012 y 2016

Con la idea de no desaprovechar el espacio, el Ayuntamiento, dueño de las instalaciones, convirtió el lugar en un albergue para personas sin hogar en 2004. Sin embargo, los vecinos protestaron para que se cerrara y consiguieron que el alcalde prometiera que el espacio se habilitaría como instalación deportiva.

Con esta idea en mente, de nuevo se trató de recuperar el espacio en 2012, pero también sin éxito. Las instalaciones se habían incluido como propuesta en la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de ese año, pero el anfitrión resultó ser Londres. En el año 2016 se repitió la misma historia: se desmontó la pista y se propuso levantar un velódromo próximo al Estadio de La Peineta, pero como tampoco esta vez se celebraron los Juegos en España nunca se llegó a poner en marcha la obra.

Si visitamos hoy el lugar, encontraremos el Centro Deportivo Antiguo Canódromo. El nombre de las instalaciones hace honor a su pasado. Tiene un campo de fútbol de césped artificial, un campo de fútbol 7 y una sala de musculación. Sin duda un lugar que suscitará buenos recuerdos entre los antiguos aficionados de las carreras de galgos.