Las bandas latinas en Madrid, al detalle: objetivos, símbolos y distribución por la región
Estas organizaciones han aumentado su espectro, en lo que a nacionalidades se refiere, llegando a encontrar ciudadanos de origen marroquí, rumano o incluso español
Madrid tiene una asignatura pendiente, las bandas latinas. El fin de semana pasado se saldó una reyerta que dejó a un joven herido de gravedad en el cuello, sucesos como estos se viven casi todos los meses en la región. Tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento llevan años luchando contra estas bandas juveniles. En los últimos meses el índice de sucesos se ha mantenido en la misma línea, pero este no es un problema que afecte única y exclusivamente a la capital.
El término bandas latinas comenzó a acuñarse hace 20 años, cuando se hallaron los primeros incidentes de este tipo de banda, en concreto, de los Latin Kings. Con el paso de los años se ha mantenido dada la crecida exponencial de sus integrantes.
Según Carlos Morales, portavoz del Sindicato Unificado de Policía, estas organizaciones han aumentado su espectro, en lo que a nacionalidades se refiere, llegando a encontrar ciudadanos de origen marroquí, rumano o incluso español.
El objetivo de estas bandas es simple, comienzan adueñándose de calles o parques que consideran suyos «porque sí, porque creen que es su territorio», añade Morales.
Cuando una banda rival se asoma por esa zona o creen que se encuentra en peligro su territorio es cuando comienzan las amenazas o las peleas. En numerosas ocasiones han acabado de forma drástica con víctimas mortales.
Distribución en Madrid
- Dominican Don´t Play: Chamartín, Lavapiés, Campamento y Carabanchel.
- Trinitarios: Tetuán, Fuencarral, Usera, Villa de Vallecas.
- Ñetas: Puente de Vallecas.
- Latin Kings: Alcorcón, La Latina, Aluche.
Colores significativos
- Dominican Don't Play: Blanco, azul y rojo.
- Trinitarios: Verde.
- Ñetas: Blanco.
- Latin Kings: Amarillo y negro.
El uso de menores de edad
Uno de los elementos más llamativos dentro de estos grupos es el aumento de menores de edad que entran a formar parte de las bandas. Debido a su condición de impunes para cometer delitos se convierten en piezas claves para la comisión de diferentes delitos.
Los más veteranos tratan de adoctrinar a los adolescentes en parques o incluso en las inmediaciones de los institutos. El perfil general de los menores que deciden entrar a formar parte de estas bandas organizadas suele coincidir con el de jóvenes que pertenecen a familias desestructuradas.
«Se sienten importantes», este sería uno de los motivos principales por los que los adolescentes deciden coquetear con estas organizaciones. La necesidad de aceptación que encuentran entre los miembros, es el impulso que buscan.
La juventud es una de las señas de identidad de las bandas latinas. La edad que rondan los cabecillas de estas organizaciones suele rondar entre los 25 y 26 años.
¿Cómo se identifican los miembros?
Este tipo de grupos dan una gran importancia a la simbología y a su forma de vestir. No solo los colores representan su forma de identificarse. Los saludos y gestos son otro de los elementos con los que las bandas latinas expresan su pertenencia.
Por ejemplo, los Latin Kings dan una gran importancia a la corona de cinco puntas, represando de las cinco islas del Caribe: Puerto Rico, Cuba, R. Dominicana, Haití y Jamaica. En su transcripción, «al lenguaje de signos», levantan y juntan los dedos: meñique, índice y pulgar. Dejando plegados los dos centrales (anular y corazón).
Los Ñetas, por su parte, se identifican con la letra Ñ, si esta se ve junto a un corazón, representa el «amor de Ñeta». Asimismo, los Dominican Don´t Play (DDP) acostumbran a saludarse levantando todos los dedos de la mano y «escondiendo», o bajando, el dedo central.
Así captan a las mujeres
Las bandas latinas se componen tanto de hombres como de mujeres que buscan seguridad, protección. Es el caso de Karina, una chica que con tan solo 12 años entró en una de estas bandas juveniles, en concreto, en los Trinitarios.
Por aquel momento sufría acoso en el colegio y lo único que quería era protección, por ello se integró en una banda latina. Además, su relación con un chico de 16 años que también pertenecía a la banda ayudó a su integración.
Ahora, con 25 años, narra su doloroso pasado y su experiencia en unas de las organizaciones que ven a las chicas como una herramienta sexual y de espionaje frente a sus enemigos.
«En las pandillas las chicas son espías y novias. Muchas son obligadas a tener relaciones sexuales con los miembros de las bandas y tienen prohibido hablar con hombres de otras organizaciones. Tuve amigas a las que les fue muy mal por hacerlo», explica la joven.
En el caso de Karina, cayó en esta situación porque su hogar era disfuncional, con un padre que maltrataba constantemente a su madre. «Encontré en los Trinitarios una familia. Pero luego me di cuenta de que, como mi mamá, allí solo era maltratada», indicaba.
Ya como miembro de la banda tuvo que aguantar órdenes y exigencias como: drogarse, robar, asaltar a hombres ebrios en discotecas y buscar la amistad de chicos de pandillas rivales para sacarles información. Lo peor fue cuando la obligaron a abortar a los 17 años, una acción que casi le causa la muerte.