Esta es la estación de Metro de Madrid que oculta una puerta para el Ratoncito Pérez
En alguna ocasión ha sufrido algún acto vandálico, pero Metro de Madrid es la entidad encargada de su restauración y cuidado
Un gran misterio rodea a Madrid, nadie sabe quién colocó la puerta del ratón más famosos del mundo en una de las bocas de Metro de la ciudad. Este enclave se ha convertido desde hace varios años en un sitio turístico, principalmente para los más pequeños.
Esta puerta se ubica en la estación de Banco de España ya que de algún sitio tendrá que sacar los billetes para intercambiarlos por los dientes.
En alguna ocasión ha sufrido algún acto vandálico, pero Metro de Madrid es la entidad encargada de su restauración y cuidado.
Esta entrada a la casa del Ratoncito Pérez se encuentra, en concreto, debajo del bordillo de la estación de Banco de España, en un acceso que da al Palacio de Buenavista.
Antes de estar en la estación del suburbano se encontraba en el número 8 de la calle de Arenal, donde se ubica la casa-museo dedicado a tan popular personaje.
Esta puerta de diminuto tamaño mide aproximadamente 15 por 15 centímetros con un letrero en el que pone el nombre del señor Pérez, una entrada a un mundo de fantasía.
¿Por qué es el rey de los dientes de leche?
En la mayoría de los casos los dientes de leche comienzan a caerse en torno a los 6 años, cuando los incisivos se aflojan. Los molares posteriores se caen entre los 10 y 12 años, y se reemplazan por dientes permanentes a los 13.
A los más pequeños les suele hace mucha ilusión que se les caigan los dientes, aunque en alguna ocasión genere molestias porque alguna pieza esté a punto de soltarse.
Para evadir de este malestar, surgió la historia del Ratoncito Pérez. Según marca la tradición, el famoso roedor acude por la noche a nuestro hogar con un objetivo concreto: llevarse el diente caído y a cambio deja un regalo.
Esta historia se remonta a 1894, cuando el escritor y periodista Luis Coloma escribió por encargo de la reina María Cristina de Habsburgo un cuento protagonizado por un ratón.
Era un regalo para el futuro Rey Alfonso XIII, a quien se le había caído su primer diente. El escritor jamás hubiese imaginado que su personaje se convertiría en un héroe histórico de la infancia.