Continúa la situación deplorable en Barajas con los inmigrantes: son ya 366 y las cucarachas no desaparecen

Varios sindicatos de la policía denuncian la situación de las dependencias destinadas a atender las peticiones de ciudadanos procedentes de Kenia, Senegal y Marruecos

El Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid-Barajas tiene una situación crítica con los inmigrantes inadmitidos que han llegado a España. En la actualidad cuenta con 366 que se reparten de la siguiente manera: 170 en la sala 4 de la T-4, 110 en la sala 3 de la T-1 y 86 en la sala provisional 2 de la T-2, según ha informado a El Debate el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), el mayoritario del sector. Estas cifras suponen un aumento en 110 personas respecto a las registradas este fin de semana.

Desde el sindicato nos explican que «las medidas del Gobierno son insuficientes. Han traído 30 literas a la sala provisional donde hay 86 mujeres y niños y, además, Cruz Roja sigue sin hacerse cargo de la asistencia social y del aseo personal» de los inmigrantes.

Los agentes han solicitado el servicio de limpieza porque la sala 2 no tiene duchas, pero «Cruz Roja no asiste», explican desde el SUP. En este sentido, apuntan que en la sala 4 mandaron hacer una desinfección profunda y «lo que han enviado es a dos limpiadoras con lejía cuando hay cucarachas, chinches...».

Hay que recordar que los 366 inmigrantes viven en condiciones insalubres, como hay más personas que camas, tienen que poner colchonetas hinchables. La suciedad ha provocado que entren chinches, cucarachas y demás bichos. Los inmigrantes no tienen duchas, y en la sala dos provisional, destinada para los niños y las mujeres, no hay ni ventanas ni luz natural.

Una de las duchas colapsadas en el Aeropuerto de Barajas

«En un lugar donde hay proliferación de chinches y cucarachas entendemos que lo que se debe hacer es una fumigación por completo de todas las salas y no paliarlo con lejía. Si uno tiene insectos en casa no los elimina de esta manera», remarcan desde el Sindicato Unificado de la Policía.

Tal y como se puede apreciar en el vídeo, la suciedad copa estas tres salas. Los lavabos del baño tiene mucha suciedad y las duchas de las salas no tragan, almacenando aguas residuales y malos olores.

Los agentes de la Policía Nacional están indignados ante las condiciones en las que viven estas personas procedentes de África. «Algunos compañeros han tenido que ser atendidos por picaduras de chinches», explican desde el sindicato policial.

Los intentos de huida se dan casi a diario. El martes un «inmigrante de la zona de tránsito internacional intentó cruzar hacia el puesto de control de policial, tratando de sortear los elementos de la zona fronteriza. Al final fue interceptado por los agentes que estaban prestando servicio».

Ventana por la que se han fugado los inmigrantes magrebíesEl Debate

Huida por la ventana

El sábado se fugaron 26 magrebíes, de los que solo se han encontrado a tres. Diecisiete de los extranjeros norafricanos se escaparon rompiendo una de las ventadas de los habitáculos. La solución fue colocar a dos agentes durante las 24 horas.

El sindicato policial explica a El Debate que «se ha reforzado el número de agentes, pero de forma parcial y en todo caso insuficientes, porque solo se ha traído gente para custodiar la ventana rota que sigue sin estar sellada. Además, los falsos techos no se han reforzado para evitar que se piquen y se fuguen por ahí».

Este miércoles se ha producido otro intento de fuga a través de un butrón en un falso techo de un baño. Los agentes no ha detectado que se haya fugado por este agujero ningún inmigrante.

Varios sindicatos de la policía denuncian desde mediados de diciembre el «colapso» e «insalubridad» de las dependencias en Barajas destinadas a atender las peticiones de asilo de ciudadanos procedentes de países africanos como Kenia, Senegal y Marruecos.

Para las fuentes del SUP, esta «endiablada situación» es «insostenible», por lo que han demandado «soluciones políticas inmediatamente» y que «Aena tome ya las riendas». En este contexto, ha remitido una carta al Defensor del Pueblo para pedir su apoyo ante las condiciones de «hacinamiento e insalubridad».