Así será la segunda edición de la «peregrinación motera» donde Rouco Varela bendecirá a los participantes
La peregrinación cuenta con el apoyo de la Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal y de la Pastoral de Tráfico del Arzobispado de Madrid.
El cardenal y arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, bendecirá este sábado seis de abril a los asistentes a la «peregrinación motera» en la parroquia de Nuestra Señora de la Estrella de Navalagamella. El acto comenzará con una misa a las doce de la mañana presidida por el cardenal.
«Somos un equipo y es una idea en equipo. Navalagamella es un pueblo donde pasan muchas motos. Muchos motoristas con sus motos suben al pueblo y un amigo mío que se llama Fernando Antón me comentó que por qué no hacíamos una peregrinación motera. La verdad es que la idea era muy buena porque hay muchas motos y lo podríamos llevar por el tema de la nueva evangelización a la que el Papa Francisco nos invita» comentó el párroco de Navalagamella Alfonso Rodríguez a la cadena COPE.
Se trata de la segunda edición de esta concentración. En la primera el cardenal Carlos Osoro fue el encargado de bendecir a los asistentes que recorrieron el trayecto desde la parroquia Nuestra Señora de la Estrella hasta la parroquia San Pedro Apóstol en Zarzalejo, a unos quince kilómetros. Este camino lleno de codiciados paisajes naturales característicos de la zona es muy transitado por los motoristas.
Esta idea llevada a cabo durante dos años consecutivos tiene como finalidad «acercar a estos templos a los centenares de motoristas que pasan ante ellos disfrutando de los bellos paisajes naturales que caracterizan la zona», según ha explicado la organización en un comunicado.
El año pasado La parroquia de San Pedro Apóstol (final del trayecto) editó estampitas con la «Oración del motorista», en la que se leía «Arcángel San Rafael, protector de los motoristas y Medicina de Dios; Tú que fuiste dado por Dios a Tobías como compañero de camino, para que pudiese cumplir su misión, y regresase felizmente a su hogar: acompáñame en la carretera, para que mantenga firmes mis manos y vigilante mi mirada. Que sea en la conducción prudente, solidario y respetuoso con todos, y regrese sano a mi hogar. Y tanto si viajo por placer como por necesidad, que experimente siempre la compañía de Cristo y de su Madre Santísima. Amén».