Vistazo de la Brigada Internacional

Quiénes eran los brigadistas internacionales que podrían frenar el proyecto del cantón de basuras de Montercarmelo

El Ayuntamiento de Madrid busca levantar un cantón de limpieza en Montecarmelo pese a las quejas vecinales que indican que un espacio donde se guarda la maquinaria de limpieza no es adecuado para las viviendas de alrededor, un colegio y una guardería. El Consistorio quiere ubicar este centro detrás del cementerio de Fuencarral, donde «hay indicios de que haya una fosa común de los brigadistas internacionales que participaron en la Guerra Civil».

Durante este conflicto bélico, se estima que más de 35.000 hombres y mujeres de 53 países distintos acudieron a España para apoyar al Gobierno de la II República. Se estima que más de 9.000 de estas personas perdieron su vida en nuestro país.

Las Brigadas Internacionales fueron unidades militares compuestas por voluntarios procedentes de más de 50 países que participaron en la Guerra Civil (1936-1939) dentro del ejército de la Segunda República.

Aunque no existen datos concretos sobre el número total de personas que vinieron a España, las cifras oscilan cerca de las 35.000 personas que participaron en la guerra. En cuanto al número de muertos, también varía aunque se habla de unas 9.000 víctimas.

Antes de la formación de la Brigada Internacional, en octubre de 1936, habían llegado a España numerosos voluntarios que venían por su cuenta a inscribirse en diferentes unidades de su afinidad ideológica. Algunos ya residían en España, bien por estudios o porque eran exiliados políticos.

Cementerio de Fuencarral

La idea de crear este grupo se gestó en verano de 1936 a partir de diversas iniciativas paralelas, entre otras del Partido Comunista francés. La reunión de la Comintern celebrada en Moscú el 18 de septiembre de 1936 dio el aval a esta propuesta y los partidos comunistas se comprometieron desde entonces a reclutar a voluntarios dispuestos a participar en la lucha junto a los republicanos españoles.

El 15 de octubre se constituyó el primer grupo responsable de la organización, formado por Luigi Longo, Mario Nicoletti, Pierre Rebière y otros. Dos días más tarde, una delegación presentó a Largo Caballero el proyecto de constitución de la Brigada Internacional.

El Presidente del Consejo de Ministros firmó finalmente su aprobación el 22 de noviembre. Se decidió que el cuartel general y las bases de instrucción estarían en Albacete. El mando directo recayó en el comunista francés André Marty, y la supervisión gubernamental sería ejercida, de momento, por Martínez Barrio.

Discurso de despedida a las Brigadas Internacionales

Indicios de la fosa común

Según un informe histórico, en la Navidad de 1936, «la Brigada Internacional estaba concentrada en las inmediaciones del Monte del Pardo». En aquellos días previos a la Navidad se celebró la conocida como «segunda batalla de la Carretera de la Coruña», explica el escrito.

«El general húngaro Máté Zalka dirigía la XII Brigada y, ante las crecientes víctimas de las filas republicanas, solicitó al secretario del juzgado de Fuencarral, por entonces Francisco Herreros, disponer de una parcela en el cementerio del pueblo para enterrar a los brigadistas muertos en combate», detalla el informe.

Asimismo, apunta que «los primeros inhumados en aquella parcela, por las fechas que figura de sus fallecimientos, probablemente se tratarían de algunas bajas de la batalla de la Carretera de la Coruña, pero la mayor parte de ellos, cayeron en la batalla del Jarama y durante la posterior batalla de Brunete».

Imagen de la Brigada Internacional

«Los últimos enterramientos que constan en los documentos del cementerio se producen de soldados de la XIV Brigada, conocida como 'La Marsellesa', muertos con toda probabilidad en el fallido ataque de la Cuesta de la Reina en el frente de Seseña el día 17 de octubre de 1937», relata el informe.

En este sentido, ahonda que «el cementerio madrileño de Fuencarral albergó en su día dos tipos de enterramientos vinculados a la Memoria Democrática: por una parte, las sepulturas de centenares de combatientes voluntarios de las Brigadas Internacionales, al menos 451, caídos en la defensa de Madrid, por la otra, las de al menos 64 víctimas de los primeros días de la contienda».