Puerta del SolEuropa Press

Estas son las tres placas conmemorativas que hay en Sol y su significado

La Real Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, tiene tres placas que están dedicadas a quienes han unido al pueblo de Madrid. El edificio presidencial está en el punto de mira ante la petición de Sumar de convertir este lugar en un «espacio de Memoria Democrática» por las «torturas y vejaciones que se cometieron durante la dictadura franquista». El Gobierno regional ha mostrado su negativa y ha zanjado que el edificio mantendrá este número de placas.

Estos tres letreros son en memoria de los héroes del 2 de mayo; a las víctimas del 11-M y quienes las auxiliaron; y a quienes fallecieron en la pandemia, especialmente en soledad.

Desde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso han defendido que Sol es la «casa de todos y cada uno de los madrileños». Desde el Ejecutivo han comentado que estas «tres placas unen y no dividen a todos los españoles y a todos los madrileños, y, por tanto, esas tres placas son las que seguirá habiendo en la Real Casa de Correos».

El partido de Yolanda Díaz persiste en su idea de convertir la sede de la Comunidad de Madrid en un «espacio de Memoria Democrática». Sumar ha presentado una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados para que se debata sobre este tema en cuestión. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha mostrado su negativa a la hora de cumplir el deseo del partido de izquierda.

Entre los argumentos que ha presentado Sumar destaca que «durante la dictadura de Francisco Franco el lugar albergó las dependencias y calabozos de la Dirección General de Seguridad». La intención de esta propuesta es que se coloque en el edificio una placa en un sitio «visible» en el que aparezcan los nombres de las víctimas.

Según ha recogido el Boletín oficial de las Cortes Generales, los de Yolanda Díaz defienden que «la antigua Real Casa de Correos, sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, fue durante los años de la dictadura franquista la sede la Dirección General de Seguridad (DGS)».

Continúa señalando que «era la sede la Brigada Político Social y sus instalaciones se convirtieron un centro de detención y torturas por el que pasaron miles de personas por motivos políticos y sociales, por luchar por las libertades y la democracia».

La izquierda argumenta que estas personas eran «perseguidas y detenidas acusadas de asociación ilícita y propaganda ilegal. En realidad, una excusa para torturar y obtener información de miles de personas que, de una forma u otra, se atrevieron a contestar al régimen».

Fachada de la Real Casa de CorreosEuropa Press

«Tortura, vejaciones y malos tratos»

Asimismo, defienden que «la violencia, la tortura, vejaciones y malos tratos a los que la policía política franquista sometió a todas aquellas personas que pasaron los calabozos de la Dirección General de Seguridad, hicieron de este lugar uno de los escenarios más oscuros de la dictadura franquista».

El argumentario relata el caso del dirigente del PCE, Julián Grimau, quien, según Sumar, «fue detenido, torturado, procesado por delitos nunca probados y ejecutado por el régimen franquista. Fue brutalmente golpeado en la Dirección General de la Seguridad, arrojado desde una ventana al patio interior del edificio, simulando un intento de suicidio o de huida».

«Es preciso reseñar las circunstancias en las que desarrolló su procesamiento ante un Tribunal Militar. En el caso del juicio a Grimau, ejerció de Fiscal un habitual de los juicios políticos, Manuel Fernández Martín, que en realidad nunca había estudiado Derecho», continúan relatando.

Los de Yolanda Díaz concluyen diciendo que «hechos como los descritos no pueden permanecer en el olvido y las víctimas de esas graves violaciones de derechos humanos deben ser objeto del debido reconocimiento público».