Pablo Padilla: el diputado sin modales de Más Madrid que 'dispara' a Ayuso en la Asamblea y la llama facha

Pablo Padilla vuelve a estar en el punto de mira mediático después de que este jueves simulase que disparaba a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante el pleno en la Asamblea. En concreto, la jefa del Gobierno autonómico estaba replicando a la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, cuando Padilla estiró el brazo y, a continuación, puso la mano en forma de pistola.

Horas más tarde quiso justificarse diciendo que «es el gesto de los francotiradores de Israel asesinando a 14.000 niños. Mi gesto es una anécdota, lo de Netanyahu es un genocidio. Ojalá el PP se indignara con él la mitad que conmigo», señaló.

El salto a la política de Pablo Padilla se produjo en el movimiento del 15-M y en el colectivo social okupa Patio Maravillas. Entró de la mano de Podemos para años más tarde pasar a ser diputado de Más Madrid. La pasada legislatura trabajó como asesor legislativo de la formación de Mónica García.

Padilla ejerció como parlamentario regional morado entre 2015 y 2019. Desde 2020 hasta la actualidad ha formado parte del gabinete de la actual ministra de Sanidad.

El diputado de Más Madrid es graduado en Sociología y un agente de igualdad, tal y como indica en su biografía en redes sociales. En su perfil de Twitter tiene una frase en su friso que dice: «El feminismo nunca ha matado a nadie. El machismo mata cada día».

Padilla formaba parte de Juventud Sin Futuro, uno de los grupos que constituyeron el movimiento 15M. El actual diputado de Más Madrid defendía «la desobediencia civil como una herramienta fundamental». Además, explicaba que había tenido «trabajos precarios de dos o tres meses y becas no remuneradas».

Su paso por Patio Maravillas también está en su historial político, él, junto con varias personas, se metió a vivir en un piso en Malasaña. Entre los objetivos de esta actuación estaba el de señalar los escándalos inmobiliarios de la época de la burbuja.

En agosto de 2015 se produjo el desalojo del espacio y por aquel entonces Padilla ya era diputado de Podemos y no estaba en Patio Maravillas. Acudió al lugar para mediar con la Policía y ayudar a los okupas.

Ayuso, «facha»

No es la primera vez que Pablo Padilla tiene malos modales en la Asamblea de Madrid. En 2016 se dirigió hacia el consejero madrileño de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada, haciendo el ademán de unas manos esposadas.

Este hecho ocurrió cuando el político del Partido Popular debatía una proposición no de ley sobre los contratos de menores en la región.

Otra muestra de su falta de decoro parlamentario fue cuando se puso detrás de Paloma Adrados, presidenta de la Cámara en 2016, y le empezó a gritar que no había quitado del diario de sesiones que desde el PP señalasen que Podemos se financiaba desde Venezuela.

Con la presidenta Ayuso tuvo otro mal gesto en octubre del año pasado. A colación de la gestión de Telemadrid, Padilla comentó que «si quiere un espejito que le diga a la dirigente madrileña lo lista, lo facha y lo bien que hace todo, que se lo pague con su dinero».

El portavoz del grupo Popular Carlos Díaz-Pache se acogió al artículo 114 y pidió en ese momento «un respeto a esta cámara» porque no se puede «insultar de esta manera». «Que ese comentario sea retirado del diario de sesiones», añadió.