Miyagi Studio, el refugio de la fotografía analógica en el corazón de Madrid
A pesar del dominio del digital, personas como Aleksandar Angelov y Alejandro Ríos, hace que la fotografía analógica siga latiendo en nuestros días
Los que ya tienen una determinada edad, recordarán que las fotos se registraban en algo que llamábamos «carretes». Hoy en día, con la llegada del digital, esta técnica parece completamente pasada de moda, pero todo lo contrario. Desde hace años, existe una corriente que busca recuperar la esencia de la fotografía analógica. Y gracias a lugares como Miyagi Studio, una tienda, laboratorio y taller de cámaras ese espíritu nostálgico sigue vivo.
Aleksandar Angelov y Alejandro Ríos, -confundadores y socios de Miyagi Studio-, abrieron hace muy poco este local situado en la Calle Feijóo número 4 de Madrid, cerca del metro de Quevedo. Son dos jóvenes que aún no han llegado a cumplir los 30 años y han abierto este establecimiento con toda la ilusión de hacer que la fotografía analógica continúe a día de hoy.
Cámaras con décadas de antigüedad
Con esa misma ilusión Aleksandar y Alejandro han abierto las puertas de su estudio a El Debate. Como si de un viaje en el tiempo se tratara, podemos ver un gran número de cámaras analógicas fabricadas hace décadas que están a la venta, esperando un nuevo dueño que les de una nueva vida. Es así como estos jóvenes emprendedores muestran, a través del vídeo que acompaña a esta publicación, cuál es la que mejor se adapta a nuestras necesidades.
También hay una gran variedad de carretes que tienen. Cada uno está destinado para cada situación. Y, debido a que se acercan las vacaciones de verano, Alejandro muestra cuál es el rollo que nos vendría mejor si nos vamos a la playa o a la montaña. Tienen desde el clásico Kodak Color Plus 200, propio de los que empiezan en el analógico, hasta el Kodak Portra 400, el más típico para los fotógrafos profesionales.
Una de las esencias de Miyagi Studio se encuentra tras los mostradores, en su taller. Aleksandar es el encargado de revivir los cuerpos de esas viejas cámaras que pensábamos que ya no tenían solución. Para su reparación, siguen un flujo determinado y su ubicación va variando en función de cómo evoluciona su estado. Entre sus «joyas» se encuentra una Leica M3 Double Stroke, un clásico entre los coleccionistas.
Revelan nuestros carretes
Y, debido a que El Debate se encuentra en un laboratorio de fotografía, hemos decidido darles un par de carretes para que nos enseñen cómo los revelan. Alejandro nos muestra los mecanismos para sacar la lengüeta del chachis mientras que Aleksandar la introduce dentro de una máquina que, en cuestión de minutos, saca todo el rollo revelado. Pero eso no es todo, después toca escanear el negativo.
Estos jóvenes tienen escáneres Fuji frontier SP3000 con «maravillosa tecnología de los años 2.000» que traduce ese formato físico en digital. Tras ello, lo «rescatan» mediante un servidor que envía los archivos a los ordenadores de edición. Desde ahí, Miyagi Studio se encarga de cuidar y tratar todas las fotos que sus clientes les toman para enviárselas con el mejor resultado posible.