Así funciona el sofisticado sistema de ultrasonidos que utiliza Metro de Madrid para revisar sus vías
Esta máquina tiene un rendimiento de siete kilómetros por noche
Metro de Madrid cuenta con 295 kilómetros de vías lo que le convierte en la quinta red del mundo en número de estaciones y la octava en extensión. Sus vías han ido evolucionando con el paso del tiempo, atrás quedan las tablas de madera y los carriles de metal. En la actualidad una infinita viga va de un punto a otro sin una interrupción. Para detectar el estado de las vías, el suburbano utiliza un sistema de ultrasonidos.
Esta máquina consta de dos partes, una pequeña locomotora y un carrito que va sobre los dos raíles del tren. Este elemento emite un sonido ultrasónico gracias a un líquido que va enviando datos a un ordenador para que los operarios del suburbano sepan el desgaste o deterioro de la vía.
Desde Metro de Madrid explican que una vez tienen los datos en el ordenador, hay una serie de programas que se encargan de ver los defectos, pero hay un inconveniente y es que la ubicación exacta de esa irregularidad no se sabe.
Por lo tanto, tiene que ir un equipo humano para comprobar el estado de la vía. Sobre el terreno se puede dimensionar con mayor exactitud y cuantificar qué tipo de actuación requiere.
Esta máquina de auscultación tiene un rendimiento de siete kilómetros por noche. En caso de que se detecte que un tramo de la viga está dañado y se necesita cambiar, lo que se hace es diseccionar esa parte y soldar la nueva.
En este ámbito, desde Metro de Madrid informan que tienen un sistema innovador al hacerlo con soldadura eléctrica, de tal manera que no se aprecie la unión entre dos metales.
Construir túneles
Para construir estaciones, Metro de Madrid también utiliza un sistema sofisticado. Se llama proceso de pantallas y su mecanismo es similar a un pozo y una polea.
A través de este espacio se baja una retroexcavadora y unos contenedores que cuando están llenos se suben y se vacían. Este mecanismo es mucho más lento que el sistema tradicional de bajada de camiones, pero no tiene un fuerte impacto sobre la flora.
Para consolidar las estaciones se emplea un mecanismo bastante sofisticado que es el túnel entre pantallas. Es decir, se crea una especie de caja de zapatos mediante estas placas en los laterales y la losa de cubrición de arriba, para, a posteriori, excavar en medio y, en este caso, crear la parada de Metro.
Estas pantallas se introducen gracias a una cuchara, una máquina que baja hasta los 30 metros de profundidad y extrae el material que deposita en camiones. Para que las paredes no cedan, se aplica bentonita, una arcilla de grano muy fino que contiene bases y hierro.