Ayuso inaugura el belén de Sol apelando al espíritu de la Navidad cristiana y con recado al PSOE: «Jesús nunca dejó de respetar la ley»

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha inaugurado este viernes el tradicional belén de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol, sede del Ejecutivo autonómico. Una cita que marca el pistoletazo de salida de la Navidad madrileña y en la que la dirigente, recién llegada de Corea del Sur, no ha hecho declaraciones sobre la dimisión de Juan Lobato y el terremoto desatado en el PSOE. Eso sí, en un discurso en el que no ha faltado el espíritu católico y ha recordado el verdadero sentido de la Navidad con citas a san Juan Pablo II, también ha aprovechado para mandar un velado mensaje a los socialistas, cercados por la corrupción cuando apenas faltan unas horas para que empiece su Congreso Federal en Sevilla: «Jesús jamás dejó de respetar la ley y siempre llamó a cumplirla, a todos».

«Dios se hace hombre y llega a este mundo con palabras de alegría y esperanza. Y antes de morir, cuando sabe que esa será su última noche en esta vida, llora. Llora porque la vida es preciosa, porque cada día es un milagro, un regalo y una oportunidad», ha empezado Díaz Ayuso, quien también ha subrayado la importancia de la infancia, la familia y la paternidad. «Nada hay más nuevo que la Navidad, como la propia infancia. Así lo dice Cristo en el Nuevo Testamento: 'Yo hago nuevas todas las cosas'», ha recordado.

«La Navidad nos recuerda que, para un cristiano, el pesimismo es imposible, porque el cristianismo consiste en el reconocimiento de la libertad y su apelación a ella», ha señalado, no sin antes citar la famosa frase de san Juan Pablo II «¡No tengáis miedo!».

La jefa del Gobierno regional también ha hecho referencia a otras tres famosas proclamas del santo: «El amor vence siempre», «Dios ha confiado a cada uno todos y a todos cada uno» y «Dios cuenta con los jóvenes para cambiar este mundo».

Sin embargo, Díaz Ayuso ha lamentado que «cada vez se oye menos la palabra Navidad y se le llama menos por su nombre». «No dejemos que nos la censuren, nos la quiten. Los que la odian, ellos sabrán por qué, van contra todo lo inocente y todo lo bonito de este mundo», ha lanzado.

«Incluso se está dejando de contar los años desde el nacimiento de Cristo. O, más bien, se cuenta desde su nacimiento, pero se omite a Cristo, se hace como si no existiera, con una doble traición a la Historia y a quiénes somos, al pasado y a las nuevas generaciones. Les roban la herencia de la Cristiandad», ha criticado.

«Y no falla: el odio al cristianismo dentro del propio mundo cristiano (que no tiene nada que ver con la falta de fe), va siempre acompañado del desprecio al hombre, que es el desprecio a la persona libre, única, insustituible, digna, con la excusa de cualquier determinismo, de la negación de la libertad de cualquier ideología», ha ahondado.

Así, la presidenta de Madrid ha instado a que «no nos nublen los artificios que deliberadamente han ido separándonos de lo más puro y bueno hasta perder el verdadero sentido y, por tanto, la ilusión por esta celebración».

«No dejaremos de celebrar la Navidad y todas sus palabras de alegría: 'gozo', 'dones', 'alianza', 'cumplir la palabra', 'perdón', 'iluminar', 'luz', 'gloria', 'paz'. 'Estas son las palabras fieles y verdaderas', dice el Nuevo Testamento. Es a lo que estamos llamados desde esta herencia cristiana: a ser fieles, verdaderos y alegres como niños.», ha sentenciado.