Escultura de Largo Caballero

La izquierda critica las calles «franquistas» del callejero de Madrid y calla con otros vestigios republicanos

No es la primera vez que tanto PSOE como Más Madrid reivindican que se eliminen calles que ellos consideran que «exalta a personas que no contribuyeron al progreso del país», mientras claman nombres de personajes ligados a la república

Los nombre de las calles y plazas de Madrid siempre ha sido un tema polémico en la política municipal. El Gobierno liderado por Manuela Carmena aprobó en un pleno que se cambiarían 52 calles y plazas de Madrid por considerarlas «franquistas» al ensalzar a personas o acontecimientos relacionados con la dictadura. Las últimas reivindicaciones de la izquierda madrileña ha sido la placa de Largo Caballero y que se elimine la calle del Marqués de la Ensenada.

No es la primera vez que tanto PSOE como Más Madrid reivindican que se eliminen calles que ellos consideran que «exalta a personas que no contribuyeron al progreso del país», mientras claman nombres de personajes ligados a la república.

La izquierda madrileña nunca ha criticado la escultura de Largo Caballero e Indalecio Prieto que hay en el paseo de la Castellana y en los Nuevos Ministerios. Además, a lo largo de la capital hay varios vestigios republicanos repartidos por la ciudad como la Avenida de Rafael Alberti, el bulevar de Indalecio Prieto...

Hasta 23 calles distribuidas por la geografía española tiene uno de los máximos responsables de los crímenes cometidos por los socialistas antes y durante la Guerra Civil.

Su guardia personal, La Motorizada, tenía a gala la extrema violencia con la que actuaban contra los miembros de partidos de derechas durante la República. Además fue uno de los responsables de la compra de armas para las milicias socialistas, incluidas las que se usaron durante la revolución de Asturias.

Por su parte, Largo Caballero fue un ferviente revolucionario y un firme defensor de la revolución. Entre sus frase destaca: «Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada».

Otro vestigio que los socialistas no comentan es la avenida de las Trece Rosas junto al cementerio de la Almudena.

Escultura de Indalecio Prieto en Madrid

Durante el Gobierno municipal de Manuela Carmena, vías como como Capitán Haya o la plaza del Caudillo desaparecieron del callejero de Madrid tras 48 años de la muerte de Francisco Franco. Uno de los portavoces de Izquierda Unidad, Mauricio Valiente, indicaba que con esta medida «ahora la ciudad sería más justa».

El objetivo que se señaló el 29 de abril de 2017, fecha de la aprobación en el pleno, era sustituir los nombres de 52 calles «con simbología franquista» por el «de otras personas e instituciones que representan valores educativos, de paz y democráticos».

La propuesta salió adelante con los votos a favor de Ahora Madrid, PSOE y Ciudadanos. Por su parte, el Partido Popular se abstuvo acerca de la cuestión.

Ante esta situación la Fundación Francisco Franco (FNFF) recurrió los cambios de nombre de las calles de Madrid. El Supremo contempló la propuesta, pero finalmente la rechazó.

Avenida de las Trece Rosas

Doble moral de la izquierda

No es la primera vez que la izquierda muestra su doble moral con este asunto. El Gobierno de Pedro Sánchez quiere homenajear a Las 13 Rosas colocando una placa en la tapia del cementerio de la Almudena para declarar este espacio como 'lugar de Memoria'.

Sin embargo, el Ejecutivo central ha olvidado «a las 23 monjas adoratrices que después de que el Gobierno del Frente Popular ordenase que las órdenes religiosas abandonasen sus conventos y sus monasterios, tuvieron que refugiarse en una casa de Costanilla de los Ángeles», tal y como explica el historiador y diputado, Pedro Corral.

«Durante la batalla de Madrid las monjas bajaron a la calle para resguardarse en un búnker de los bombardeos aéreos, con la mala fortuna de que unos milicianos de la checa de la plaza de Santo Domingo las vieron y sospecharon al ver a 23 mujeres juntas. En ese mismo lugar las detienen y las llevan a la checa de fomento», señala Corral a El Debate.

Las monjas adoratrices que fueron asesinadas en el cementerio de la Almudena

En este lugar de tortura «—que fue creado por un ministro de Gobernación socialista, Ángel Galarza— se decide que han de matarlas. El 10 de noviembre las llevan al cementerio del Este, ahora llamado de la Almudena, y las fusilan», subraya Pedro Corral. Por lo tanto, este camposanto es un lugar de memoria donde descansan víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil.

El historiador comenta que ha verificado las fichas de inhumación de cadáveres que se encontraban en las tapias del cementerio y se iban enterrando en fosas de caridad y ha contabilizado un total 1.700 víctimas entre julio y octubre de 1936.

«En la resolución que incoa al expediente no hace alusión a las 23 monjas adoratrices que fueron asesinadas en este mismo lugar que Las 13 Rosas», apunta Corral a este medio. El Gobierno de Sánchez muestra su homenaje a uno de los dos bandos que lucharon en la Guerra Civil.