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Cae una macrobanda de estafadores con sede en Rivas que ganaron 52 millones en 20 años timando a brokers

Hasta ahora, se han identificado 29 víctimas directas, aunque los investigadores aseguran que podría haber cientos de afectados adicionales

Agentes del Grupo IX de Policía Judicial de Madrid, en colaboración con la Agencia Tributaria, han desarticulado una compleja organización criminal dedicada a estafas millonarias. Tras dos décadas operando, la red contaba con falsos brokers y una infraestructura que abarcaba tanto territorio español como paraísos fiscales como Vanuatu y Chipre. La operación ha resultado en la detención de 33 personas, incluidas las principales figuras de la trama y su red de colaboradores. Los cargos imputados incluyen estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

Según las investigaciones, en los últimos siete años la red habría causado pérdidas de al menos 52 millones de euros, la mitad de ellos transferidos al extranjero. Hasta ahora, se han identificado 29 víctimas directas, aunque los investigadores aseguran que podría haber cientos de afectados adicionales que aún no han denunciado. Uno de los damnificados llegó a perder 200.000 euros en una sola inversión.

El líder de la trama vivía en un chalé en Rivas-Vaciamadrid, registrado a nombre de su esposa, también detenida. Este inmueble, valorado en 500.000 euros, fue adquirido presuntamente con dinero obtenido de las estafas.

A pesar de tener antecedentes y una advertencia explícita de la Comisión Nacional del Mercado de Valores desde 2011 que le prohibía ejercer actividades financieras, el cabecilla continuó operando de manera ilegal.

La red contaba con siete call centers ubicados en zonas céntricas de Madrid como Serrano y Chamartín, donde entre 15 y 20 jóvenes trabajaban en oficinas alquiladas por hasta 7.000 euros mensuales.

En estas oficinas, los empleados debían permanecer de pie durante su jornada laboral, siguiendo una estricta guía de captación telefónica. Usaban bases de datos compradas o extraídas de portales como Milanuncios para contactar con potenciales víctimas, a quienes ofrecían inversiones en oro, plata y otros metales con supuestas rentabilidades del 30 %.

La estrategia inicial de la red consistía en ofrecer pequeñas ganancias reales a los inversores, quienes accedían a plataformas legítimas como Metatrader para confirmar sus beneficios.

Sin embargo, tras ganarse su confianza, los estafadores ejecutaban lo que llamaban «el entierro de la víctima»: informaban a los clientes de que habían perdido todo su dinero, culpándolos a ellos o al sistema, mientras transferían las cantidades a cuentas en paraísos fiscales.

Para hacer más creíble su fachada, los estafadores recreaban en sus oficinas el ambiente de una frenética sala de corredores de bolsa, similar a lo mostrado en películas como El lobo de Wall Street.

La operación policial se desarrolló durante 12 meses y culminó el pasado 20 de noviembre con *12 registros simultáneos* en domicilios y oficinas en localidades como Madrid, Leganés, Rivas-Vaciamadrid y San Sebastián de los Reyes. Durante los registros, los agentes incautaron obras de arte valoradas en 200.000 euros, 150.000 euros en efectivo ocultos en juguetes y cojines, y documentación clave para la investigación.

Entre los detenidos, algunos veinteañeros que empezaron como captadores telefónicos llegaron a amasar 100.000 euros en un solo año, invirtiéndolos en viajes de lujo y artículos de alto coste.