Vistazo de la gran cruz del Valle de los CaídosEuropa Press

El humorista Quequé declara después de decir que habría que «volar por los aires» el Valle de los Caídos

Además, añadió que querían «coger todos los pedacitos que salgan de la cruz y, de la misma manera que vosotros vais a las clínicas abortistas a acosar a las mujeres que van a abortar, nosotros iremos con esas piedrecitas a las puertas de las iglesias y los monasterios a tirárselas a los curas»

El locutor de la Cadena Ser, Héctor de Miguel, conocido como Quequé, acude este jueves a declarar como investigado por animar a dinamitar la cruz del Valle de los Caídos. El humorista sugirió «llenar de dinamita la Cruz del Valle de los Caídos para hacerla volar por los aires, preferiblemente en domingo, que hay más gente». Además, añadió que una vez destruida, habría que «usar las piedras para lanzarlas a los curas que hayan abusado de algún niño, y si las piedras no son suficientes, volar también la Almudena».

El locutor de Hora Veinticinco añadió que querían «coger todos los pedacitos que salgan de la cruz del Valle de los Caídos y, de la misma manera que vosotros vais a las clínicas abortistas a acosar a las mujeres que van a abortar, nosotros iremos con esas piedrecitas a las puertas de las iglesias y los monasterios a tirárselas a los curas».

Estas declaraciones provocaron que la Fundación Española de Abogados Cristianos interpusiese una querella contra el locutor de la Ser. La entidad alega que «el mensaje de Quequé encarna un odio comparable a otros mensajes similares dirigidos a diferentes religiones, ideologías o entidades».

La presidenta de la Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, hizo un símil sobre que pasaría si un locutor «dijera que «hay que dinamitar mezquitas, sinagogas, sedes de ciertos partidos políticos o asociaciones LGTBI, o que hay que apedrear a musulmanes, judíos, homosexuales...».

Por otro lado, el escultor más famoso del Valle de los Caídos, Juan de Ávalos, en una entrevista hace años desmintió toda la politización que rodeaba al monumento.

El artista empezó diciendo que «había cosas que le producían extrañeza». Así, comentó que los que «hemos vivido la Guerra Civil y tenemos la vergüenza de haber asistido a esa guerra que fue tremenda, cuando se nos dijo que este monumento iba a ser para enterrar nuestros muertos juntos y olvidarnos de ese rencor y ese odio existente, a mí me produce un dolor tremendo que todavía estemos en una democracia hablando de una cosa tan pasada».

En este sentido, comentó que podía hablar muchas cosas del Valle de los Caídos, «como que la cruz que se quería hacer en Guadarrama no fue idea del general Franco, fue de Carlos Fernández, un periodista y poeta que fue presidente del Ateneo de Madrid. Este hombre fue una gran persona y pensó como católico que una gran cruz en Guadarrama quedaría bien con las vistas que tiene. Por lo tanto, Franco no tiene esa prerrogativa de haber ideado la gran cruz».

De Ávalos explicó que cuando vino «en el año 50 a España a presentar una obra a una exposición nacional es cuando me presentaron al Jefe del Estado. En aquel entones tenía esa obsesión por los que hemos perdido amigos en la Guerra Civil y nos fastidia que se hable todavía de este momento histórico. Los que podíamos tener rencor lo hemos olvidado».

«Vine a hacer el Valle de los Caídos por casualidad y lo hice para la Generación de 36, esos artistas sacrificados que no tenían competencia alguna con otros artistas internacionales. Cuando hice el conjunto monumental y tuve relación con las personas que intervinieron en las obras, tuve una grata sorpresa», remarcaba Juan de Ávalos.