Juan Antonio Sarrión e Ignacio Sevilla MachucaEl Debate

Quinto aniversario de la covid

Hablan quienes estuvieron en primera fila en el hospital de Ifema durante la pandemia: «No éramos héroes, hacíamos nuestro trabajo»

Ignacio Sevilla Machuca, médico de familia, fue voluntario en el hospital de campaña que el Gobierno de la Comunidad de Madrid levantó en Ifema en marzo del 2020 para ayudar a combatir la pandemia de la covid en la región. Por su parte, Juan Antonio Sarrión, fue el jefe asistencial de enfermería en ese hospital improvisado que sirvió para descongestionar el resto de centros sanitarios. Ambos atienden a El Debate cuando se cumplen cinco años del Estado de Alarma.

— Ignacio (I), fuiste como voluntario a Ifema, ¿qué te llevó a tomar la decisión y cómo fue tu experiencia ahí?

— La población nos necesitaba. Por primera vez en 40 años que lleva la Atención Primaria funcionando en España, los médicos de familia tuvimos que salir de los centros de salud porque nos necesitaban. Llegó un virus desconocido que cambió el paradigma de la sanidad y hubo necesidad de más de 200 profesionales que fueran capaces de tratar a pacientes respiratorios sin dejar descapitalizados los hospitales y, por tanto, hubo que tirar de la Atención Primaria, donde estábamos sobradamente preparados. Hubo muchos médicos de familia que no pudieron trabajar en Ifema porque sobraban voluntarios.

— Juan Antonio (J.A.), tu estuviste como director asistencial de enfermería, ¿cómo fue desempeñar ese trabajo?

— Hubo que organizarse. No era un hospital al uso, sino que tenía unas características distintas. Incluso los ingresos eran distintos. Venían en bloque porque eran traslados de hospitales que estaban saturados e Ifema sirvió para drenar esos hospitales. Construimos un hospital desde el principio, un hospital que tenía den todo. A veces pensamos que no, pero Ifema tenía de todo, tenía analíticas, rayos, escáner, profesionales que estuvieron las 24 horas del día...

— ¿Qué os queda cinco años después de aquella experiencia? ¿Qué es lo más duro a lo que tuvisteis que enfrentaros?

— J.A.: Hubo muchos momentos duros. Veías a la gente pasándolo muy mal. No hay que olvidar que también los profesionales tenían sus fallecimientos. Ver a una enfermera que había muerto su madre por la mañana y por la tarde venía a trabajar... esto te choca y te llega, te hace ver que la gente lo dio todo. Pero también queda el recuerdo del compañerismo, que yo creo que es al final con lo que nos quedamos. Trabajamos en piña.

— I: Hubo muchas cosas especiales. Los primeros días fueron difíciles porque luchábamos contra algo que desconocíamos. Llegamos ahí, Protección Civil nos puso unos epis y había mucho desconocimiento. Al principio, al ser un hospital de campaña, había unas camas, unas bombonas de oxígeno y poco más. Y todos los profesionales salimos adelante en piña. Todos participábamos, nunca hubo estamentos en Ifema. También era duro volver a casa porque la gente se estaba muriendo y tú podías llevar a casa un virus y transmitir algo que al principio no sabíamos cómo se transmitía. Pero bueno, creo que, a la vez, fue una experiencia muy interesante.

— ¿Creéis que la puesta en marcha del hospital de Ifema fue clave para combatir la pandemia en Madrid?

— J.A.: Yo creo que sí. Sirvió sobre todo en un momento en el los hospitales estaban saturados y al límite. Tuvo su época de duración, aunque luego continúo con el Zendal, y yo creo que sí, que fue clave en Madrid, donde tenemos una población muy grande.

— I: Había que dar salida a población que necesitaba un ingreso pero que estaba relativamente leve pero que no se podía ir a su casa porque se podía complicar en cualquier momento. Ese fue el tipo de paciente que nosotros atendimos. Como he dicho antes, al principio con pocos medios pero, después, funcionamos como un auténtico hospital de campaña absolutamente funcional. Funcionábamos muy bien y fue muy necesario, sin Ifema los hospitales de Madrid se hubieran colapsado.

— ¿Qué opináis de la gestión que las administraciones hicieron de la pandemia? Hubo mucho choque político en aquella época.

— J.A.: Aquello nos pilló en shock a todos los países y, por supuesto, a España. A partir de ahí, yo creo que cada administración hizo lo que podía, lo que le correspondía. Yo creo que más que choques a veces eran diferencias de pareceres o diferentes visiones de una realidad. Cuando estas a nivel macro, tienes una visión y cuando estas a nivel micro tienes otra.

— I: Choque entre administraciones va a haber siempre, sobre todo, si estamos hablando de diferentes partidos. Yo lo que sí puedo decir es que la Comunidad de Madrid, al principio de la pandemia, convocó a una serie de profesionales de todos los ámbitos, entre los que estuve yo, con el entonces consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. Yo estuve al menos en dos o tres reuniones de aquellas en las que estuvimos viendo las posibilidades que había, qué era lo que había que hacer, en función de los conocimientos que teníamos. Y una de esas medidas fue crear el hospital de campaña.

— En ese momento se desató una oleada de solidaridad hacia los sanitarios. Todos recordamos los aplausos de las ocho. Ahora, cinco años después, ¿seguís sintiendo ese apoyo de la sociedad?

— I: Sin ninguna duda. La Atención Primaria está muy bien valorada para los usuarios. Nosotros somos muy cercanos y estamos muy cerca de la población, les interpelamos en el día a día de sus problemas y sus necesidades. Aquel cariño se manifiesta todavía, pero existen problemas. Hoy no puedo dejar de recordar las 800 agresiones que ha habido en el último año a profesionales sanitarios de toda España. Tenemos que luchar todos para evitar ese tipo de agresiones, pero creo que la población sigue considerando a sus profesionales de la Atención Primaria como los más cercanos y quienes les resuelven más del 90 % de sus problemas.

— J.A.: Estoy de acuerdo. De hecho, todas las encuestas que se hacen lo muestran. Los ciudadanos son conscientes de los problemas de la sanidad, de la falta de profesionales por las circunstancias que sean pero, a pesar de ello, yo creo que la Atención Primaria sigue prestando la misma atención con calidad y los ciudadanos lo reconocen. Sí que es verdad que en aquella época decían que éramos héroes, yo no lo creo, éramos profesionales que hacíamos nuestro trabajo. A veces se elevaron demasiado las expectativas. Somos profesionales comprometidos con nuestro trabajo que yo creo que es más importante que un héroe. Ya no hay aplausos pero yo creo que la Atención Primaria sigue estando bien valorada.

— I: El aplauso lo tenemos cada día en los pacientes que siguen viniendo. Nosotros jamás fuimos héroes, éramos personas que desarrollaban su trabajo. Un trabajo que en aquel momento estaba cargado de incertidumbre. Allí los protocolos cambiaban todos los días, todos los días había instrucciones desde arriba para ir cambiando los protocolos. Hacíamos una cosa y al día siguiente hacíamos otra a la luz de lo que la ciencia iba diciendo en aquel momento. Había que adaptarse porque cada día la evidencia científica cambiaba.