Una vivienda con un mural, a 30 de junio de 2023, en Fresnedillas de la Oliva, Madrid (España)

Una vivienda con un mural, a 30 de junio de 2023, en Fresnedillas de la Oliva, Madrid (España)Europa Press

Madrid

La NASA en Fresnedillas de la Oliva: el municipio de Madrid que participó en el alunizaje del Apolo XI

«Houston, aquí base de la Tranquilidad. El Águila ha alunizado» fue la frase que retumbó en el pueblo madrileño de Fresnedillas de la Oliva el 20 de julio de 1969. El día que Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaron por primera vez la superficie lunar fue una fecha de celebración para toda la Humanidad. La celebración llegó de manera especial a aquellos lugares que participaron en la misión. Fresnedillas de la Oliva contaba con una de las Instalaciones de Red de Vuelos Espaciales Tripulados de la NASA, que se encargó de todas las comunicaciones durante el descenso del módulo lunar Eagle en la misión del Apolo XI. José Manuel Grandela Durán, exingeniero controlador de INTA – NASA, reconoció la importancia que tuvo la base: «fuimos capaces de acompañar y traer de vuelta a la Tierra a los astronautas que fueron a la Luna».

El conjunto de antenas tuvo un papel esencial en las comunicaciones aeroespaciales del Programa Apolo, un proyecto para ganar a la Unión Soviética en la carrera espacial. La estación se inauguró el 29 de enero de 1964, una década después de los Acuerdos entre España y Estados Unidos, aunque no entró en funcionamiento hasta 1967. «Kennedy se asustó mucho, porque los rusos empezaron con una fuerza tremenda, y apostó como hay que apostar, dando dinero», afirmaba Luis Ruiz de Gopegui, exdirector de la Estación Espacial de Fresnedillas. Grandela Durán admitió la importancia del equipo técnico de la central: «Nosotros fuimos los que estuvimos manteniendo la conversación con ellos y mandándoles los parámetros diciéndoles que les quedaban menos de 30 segundos para aterrizar.»

Debemos entender la importancia que tuvo el centro de comunicaciones en el panorama internacional. La antena gigante situada en el pueblecito madrileño permitía la conexión con los astronautas. Para mantener la conversación, se necesitaba durante todo el tiempo varias estaciones repartidas por todo el mundo: a las bases de California (Estados Unidos) y Canberra (Australia) se les sumaban la de Fresnedillas de la Oliva. Se construyeron tres antenas idénticas, de 26 metros de diámetro y 300 toneladas de peso. El resultado fue un triángulo de conexiones alrededor del planeta, cuyos vértices estaban a la distancia justa. Así, se abarcaba todo el campo de comunicaciones, al menos una base era capaz de ver la Luna. La misión debía estar en constante comunicación con la Tierra.

La estación revolucionó la vida de las familias del municipio madrileño que, antes de la llegada de los americanos, se dedicaba principalmente a la agricultura y a la ganadería. Los vecinos buscaban un poder adquisitivo más alto del que había en el momento en el ámbito rural. La cercanía a grandes núcleos de población y la construcción de viviendas para alojar a los trabajadores, hizo que mucha población se moviese al pueblo a trabajar.

Además del acontecimiento del alunizaje, la estación protagonizó otras comisiones espaciales que pasaron a la Historia. La Central del municipio también supervisó el viaje del Apolo VIII, el primero en abandonar la órbita de la Tierra para girar alrededor de la Luna. En 1968, los tripulantes Frank Borman, Jim Lovell y William Anders, mandaron a Fresnedillas la primera fotografía de la Tierra hecha por un humano desde el espacio.

Fresnedillas también cubrió el primer vuelo transbordador Columbia. El 2 de abril de 1981 se produjo el lanzamiento del Columbia STS-1. Las estaciones de Merrit Island y Bermuda fallaron, esto impidió conocer la localización de la nave espacial. La NASA mandó un aviso urgente a Fresnedillas de la Oliva, Houston quería saber si los equipos estaban «operativos». Ante la respuesta afirmativa de España, la orden llegó: «Madrid, catch the bird!» ordenó la NASA. Y así lo hizo, otro logro más para la estación del municipio madrileño.

La clausura definitiva de las instalaciones de ese municipio se produjo en marzo de 1985, cuando el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial «Esteban Terradas») se hizo cargo de sus instalaciones. El equipo, incluida la antena, fue trasladado al complejo de seguimiento del Espacio Lejano de la NASA en Robledo de Chavela y, desde 1987, pertenece al Ministerio de Defensa.

Por el 40 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, se abrió el Museo Lunar, donde se expone una maqueta de la nave, material utilizado en la misión del Apolo 11 e incluso, un meteorito lunar. Su visita es de obligado cumplimiento para todos aquellos amantes del espacio.

Los testimonios que llegan de aquel día, reflejan el orgullo de haber presenciado un episodio tan relevante para la Historia. El Dr. Manuel Bautista Aranda, exdirector de Estaciones Espaciales NASA-INTA lo recordó así: «La llegada del hombre a la Luna es algo irrepetible, ocurre una vez en la Historia y punto (…). Yo creo que hemos tenido una suerte tremenda, hemos participado en los momentos más gloriosos de la Era Espacial».

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