Ayuntamiento de Madrid
Así fue el terrible atentado con coche-bomba de ETA que asesinó a 3 personas que desde hoy tienen una placa en Madrid
César García Contonente, Francisco Joaquín Martín Moya y Francisco Veguillas Elices perdieron la vida a manos de la banda terrorista el 29 de julio de 1994
El alcalde ha asegurado que las víctimas del terrorismo son «el corazón» de nuestra democracia
El 29 de julio de 1994, pasadas las ocho y media de la mañana, el teniente general del Ejército de Tierra y Director general de la Política de Defensa, Francisco Veguillas Elices, se dirigía al trabajo en su vehículo, un Peugeot 405 blindado y con matrícula camuflada, seguido por un coche de escolta, que conducía su chófer, Francisco Joaquín Martín Moya. Cerca de ellos, en la madrileña Plaza de Ramales, el operario de la compañía del Ballet Clásico de Madrid César García Contonente descargaba material de un camión cuando un terrorista de ETA decidió pulsar el mando a distancia que accionó un coche-bomba, un Ford Sierra cargado con 40 kilos de amosal. Murieron los tres. La banda terrorista cometía así otro deleznable crimen en Madrid, la ciudad más golpeada por su barbarie.
La explosión causó, además, cerca de una veintena de heridos y daños en 40 viviendas y locales y en 65 vehículos. La onda expansiva fue tal que parte del cuerpo de César quedó colgando de un balcón. Los forenses tardaron cuatro horas en identificar los cadáveres. Hoy, cuando están a punto cumplirse 30 años del asesinato, que cometieron Mikel Azurmendi Peñagaricano, Álvaro Juan Arri e Idoia Martínez García, del comando Madrid, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha inaugurado una placa en homenaje a las tres víctimas en la plaza de Ramales.
«Madrid sigue rindiendo homenaje a las víctimas del terrorismo, son el corazón de nuestra democracia», ha manifestado el alcalde, antes de afirmar que el futuro de la ciudad «se debe construir sobre la memoria y el sacrificio de las víctimas». En esta línea, ha avanzado que el Ayuntamiento va a seguir colocando estas placas en homenaje a las víctimas del terrorismo, bautizadas como «El itinerario de la libertad» en los lugares donde ETA asesinó en la capital de España.
Las víctimas
Francisco Veguillas Elices, de 69 años, era natural de Alcalá de Henares. Estaba casado y no tenía hijos. Ingresó en el Ejército en 1942 y estaba a punto de retirarse cuando ETA decidió acabar con su vida. Trabajó como agregado militar en la Embajada de España en Washington. Ascendió al generalato en 1982 y fue partícipe de diversas negociaciones militares internacionales. Tenía numerosas distinciones militares, entre ellas la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica o la Cruz de la Legión del Mérito de Estados Unidos.
Francisco Joaquín Martín Moya era conductor civil del Parque Móvil del Estado, destinado en el Ministerio de Defensa. Estaba casado y tenía tres hijos. En 2001 se le condecoró a título póstumo con la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil.
Cesar García Contonente, de 24 años, era tramoyista de la compañía privada de danza Los Ballets de Madrid, donde trabajaba su novia Laura Jorquera, como bailarina. Fue enterrado en el cementerio madrileño de Carabanchel.