Las calles de Madrid se convertirán en un escenario de pruebas tecnológicas con coches autónomos y drones
Esta iniciativa tendrá una atracción de inversión de hasta 500 millones de euros, la creación de más de 5.000 puestos de trabajo y colocar a Madrid en el top diez en atracción de talento universitario
Madrid busca convertirse en un sandbox, un espacio seguro en el que puedan ponerse en práctica, con carácter y tiempo limitado, distintos productos, servicios y proyectos innovadores. Este objetivo parte de una nueva ordenanza que convertirá la capital en un gran entorno que promoverá más de 5.000 empleos tecnológicos. La medida será un catalizador para impulsar a Madrid como polo de atracción de inversión y talento a la capital.
Según un informe realizado por la asociación Madrid Futuro, la implantación de una regulación específica que facilite el desarrollo de Madrid como un sandbox tendrá una atracción de inversión de hasta 500 millones de euros en la ciudad, la creación de más de 5.000 puestos de trabajo tecnológicos y colocar a Madrid en el top diez en atracción de talento universitario a nivel global.
La ordenanza llega «ante la necesidad detectada en el ecosistema innovador de un entorno regulatorio que facilite la puesta en marcha de los desarrollos tecnológicos, al mismo tiempo que garantice su viabilidad técnica y la obtención de información para su futuro desarrollo». Se apoya en la simplificación de los trámites y ofrece un espacio real en el que probar soluciones y proyectos.
Se llevará a cabo a través de diferentes convocatorias públicas impulsadas por el Consistorio y en función del interés detectado.
Será aplicada a los proyectos que soliciten el acceso a un entorno controlado o sandbox para desarrollos en relación con una amplia variedad de materias como sostenibilidad, economía, energía, seguridad, movilidad, accesibilidad, turismo o elementos de mobiliario urbano y de las vías y espacios públicos.
Por ejemplo, Sanz ha citado que la seguridad vial se podrá ver mejorada con tecnologías de asistencia al conductor e implementación de infraestructuras inteligentes que evitarán colisiones.
También se podrá optimizar las rutas del transporte público para reducir tiempos de viaje y mejorar la puntualidad. En materia de seguridad ciudadana se podrán incluir sistemas de alerta temprana para emergencias, mejorando la respuesta a incendios, accidentes y actividades sospechosas.
Ya no serán solo drones, robots de reparto o coches autónomos los que prueben el asfalto madrileño. El Consistorio impulsará diferentes convocatorias en función de las necesidades e intereses, con el objetivo de mejorar la calidad de la vida urbana.
Las empresas tecnológicas podrán testear sus inventos con una burocracia mucho más laxa. El proyecto inicial de la ordenanza pretende facilitar el proceso innovador con la simplificación de los trámites a la hora de encontrar un espacio real.
Este espacio de pruebas en Madrid es una iniciativa pionera en Europa y, prácticamente a nivel mundial. En Singapur, desde 2019, toda la parte occidental se convirtió en un campo de pruebas para vehículos autónomos, con más de 965 kilómetros de carreteras públicas abiertas.