El PNV aguanta el tirón de Bildu y gana por la mínima en votos y escaños para alivio de Sánchez

La campaña vasca enfila su recta final con una lucha apretadísima entre el PNV y Bildu. ¿Habrá sorpasso de la izquierda abertzale, de la mano de Pello Otxandiano? La encuesta elaborada por Target Point para El Debate arroja un resultado de empate técnico entre ambas formaciones, pero con victoria en votos y escaños para el candidato del PNV, Imanol Pradales, que sumaría mayoría absoluta con el PSE de Eneko Andueza. Los socialistas se quedarían prácticamente igual que en las elecciones de 2020 y el PP podría ganar uno o dos diputados más, pero a costa de arrebatar a Vox el suyo. Sumar aspira a dos escaños en el mejor de los casos y para Podemos pintan bastos: lo más probable es que pierda los seis que tiene.

El sondeo sitúa a los de Andoni Ortuzar resistiendo como pueden los embates del partido de Arnaldo Otegi, que ha seguido creciendo durante las últimas semanas. El PNV obtendría un porcentaje de voto del 35,2 % y entre 28 y 29 escaños. Bildu, por su parte, se quedaría en el 33,9 %, con entre 27 y 28 escaños. Las tendencias de uno y otro están claras: El PNV caería 2,5 puntos respecto a los anteriores comicios y Bildu subiría 6,3. Por su parte, el PSE sería respaldado por el 13,3 % de los electores, y puede quedarse con sus 10 diputados actuales o, como mucho, sacar uno más.

La encuesta de Target Point detecta aún una importante bolsa de indecisos, especialmente entre el electorado del PNV, el partido con la fidelidad de voto más baja –el 62,3 %–, descontando a Podemos, que se desangra en dirección a Sumar y a Bildu. La fidelidad de voto de Bildu, por el contrario, está en máximos: el 86,9 % de quienes les votaron lo volverán a hacer. En cualquier caso, serán los 1.795.212 electores vascos llamados a las urnas los que tendrán la última palabra el próximo domingo, de los que 82.912 residen en el extranjero.

En estas elecciones se da la paradoja de que los dos partidos que se disputan la victoria son socios de Pedro Sánchez. Y es precisamente el PSE el que tendrá una vez más la llave de la Lendakaritza, que siempre ha abierto para el PNV y probablemente lo vuelva a hacer. Lo más cómodo para los socialistas es que Pradales gane en votos y escaños –como pronostica la encuesta de El Debate– o, al menos, en escaños. O que si Bildu le adelanta sea por un margen estrecho.

El sondeo pone a los populares con entre siete y ocho escaños, frente a los seis que obtuvieron en 2020, cuando concurrieron a los comicios en coalición con Ciudadanos. El candidato del PP, Javier de Andrés, confía en que el PNV y el PSE no lleguen a la mayoría absoluta para que el PP sea relevante. No tanto en la investidura, puesto que el sistema vasco impide mayorías de bloqueo para elegir lendakari en el Parlamento de Vitoria, sino para la gobernabilidad. No obstante, el sondeo apunta a que, incluso en la horquilla más baja, el PNV y el PSE suman 38, mayoría absoluta.

Lo de Sumar y Podemos apunta a doble drama. Puesto que, además de ir por separado –igual que en las elecciones gallegas–, el espacio por el que compiten Yolanda Díaz y los morados se ha visto menguado por el empuje de Bildu. Sumar registra un porcentaje de voto del 3,5 % y entre cero y dos escaños. Podemos un 2 % y Vox un 1,7 %.

Los de Santiago Abascal lo tienen complicado para mantener su escaño: uno de cada cinco de sus votantes declara que esta vez votará al PP, el 20 %. También es significativo el trasvase de voto entre el PNV y Bildu, a pesar de estar teóricamente en las antípodas ideológicas: el 8,6 % de los votantes del todavía lendakari Íñigo Urkullu no tiene intención de votar a Pradales, sino a Otxandiano.

El grado de conocimiento

El hecho de que en estas elecciones los principales candidatos sean nuevos afecta al nivel de conocimiento por parte de la ciudadanía. El más conocido es el del PSE, Andueza, con el 86 %. La menos, la de Sumar, Alba García, con el 65 %. Pradales, el que más papeletas tiene para ser el próximo lendakari, tiene un nivel de conocimiento del 83 %, que no es baladí teniendo en cuenta que fue designado a finales de noviembre. Sin embargo, en nota media de los electores le gana Otxandiano, aunque ninguno llega al aprobado (el resto de los candidatos, tampoco): 4,95 frente a 4,68.

Si los pronósticos se cumplen, nacionalistas y socialistas podrán reeditar su coalición. Es lo que más le interesa a Pedro Sánchez, por dos motivos. Primero, porque los socialistas gobiernan con el PNV también en varios ayuntamientos y diputaciones. Segundo y más importante, porque si el presidente se abrazara a Arnaldo Otegi el PNV podría tomar represalias en Madrid y aliarse con Alberto Núñez Feijóo para una hipotética moción de censura.

En algunos momentos de esta carrera electoral, Otegi y otros dirigentes abertzales han deslizado la posibilidad de una coalición soberanista entre el PNV y Bildu, pero el País Vasco no es Cataluña. No obstante, esa sola posibilidad ha hecho que Podemos base su estrategia en que ellos son el único voto capaz de evitar que la izquierda abertzale se eche en brazos de la derecha nacionalista. Aunque parece que con nulos resultados.