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La isla de San Nicolás, accesible a pie durante la marea baja, en Lekeitio (Vizcaya)Wikimedia

La isla española a la que se puede ir andando por una pasarela cuando baja la marea

La isla sirvió como lugar de aislamiento durante las epidemias y tuvo una función religiosa y militar

Se trata de la la Isla de San Nicolás, localmente conocida como la Isla de Garraitz, ubicada en la bahía del municipio de Lequeitio, en la provincia de Vizcaya. Lo interesante de esta isla es que para acceder a la ella, es importante conocer antes el estado de la marea, de lo contrario uno corre el riesgo de quedarse atrapado.

Cuando la marea baja se deja al descubierto un estrecho sendero de piedra que, aunque resbaladizo y musgoso, une el enclave con la playa. Es, por lo tanto, la única manera de llegar a pie hasta la isla.

Una vez allí, no es difícil advertir la belleza del paisaje. A diferencia de otras islas, desprovistas de vegetación, esta presume de una cubierta de matorrales y un bosque poblado de pinos y ejemplares de cipreses.

Aunque pueda parecer poco importante, lo cierto es que el lugar fue declarado Parque Arqueológico por el Gobierno Vasco, en 2019. Y no es de extrañar, si por algo se explica la relevancia de la isla es por su singular historia.

Función civil, religiosa y militar

El enclave ha sido escenario de numerosos acontecimientos y ejerció un papel civil, religioso y militar a lo largo de los años.

Los primeros asentamientos datan del siglo XV. La documentación menciona la existencia de una ermita. En 1617, se levantó un convento de franciscanos en la isla, que fue abandonado hacia el año 1650.

Junto a su indiscutible función religiosa, la isla también ejerció funciones civiles al servir como espacio de cuarentena, durante las epidemias, para aislar a enfermos en riesgo de contagiar.

Además de estos usos, sobre su territorio se levantaron diversas fortificaciones. Todavía hoy se conservan los restos de estos vestigios militares, como la batería de cañones de 1742. Entre los hallazgos arqueológicos, destacan 20 monedas con una cronología que abarca desde el siglo XIII hasta finales del XV.

En la actualidad, la isla es un destino atractivo para turistas, científicos y divulgadores que realizan visitas para explorar el pasado histórico de la isla y admirar su singular biodiversidad.