Fundado en 1910
Casa Lucio, en la Cava Baja de Madrid

Casa Lucio, en la Cava Baja de Madrid

Vete de mi parte

Casa Lucio: máxima expresión de arte, sencillez y cariño

Los huevos rotos, un plato sencillo y rumboso, se han convertido en santo y seña de la casa y cuyo secreto sigue siendo un misterio

El Madrid de la Latina tiene un encanto especial. Desde hace algunos años, se ha convertido en ruta obligada para miles de personas los fines de semana. Es casi imposible encontrar algún hueco en las tascas, bares y tabernas que jalonan uno de los recorridos más emblemáticos de esta ciudad única y diversa. Todo empezó hace algunos años, allá por 1976, cuando a Lucio Blázquez, un chaval de Serranillos que vino a Madrid a buscarse la vida, se le ocurrió abrir Casa Lucio, en el mismísimo cogollo de la Cava Baja. Aquel aprendiz de mesonero, apadrinado por su querida Doña Petra del Mesón del Segoviano, fue haciéndose el amo de la zona y, poco a poco, el amo de Madrid. Y gracias a él y a algunos otros, el barrio de La Latina es hoy una zona privilegiada, a la que acuden madrileños y forasteros, a vivir la vida de tapa en tapa, de caña en caña, de vino en vino, disfrutando de un fin de semana inolvidable por las calles del Viejo Madrid.

El grupo de amigos con los que de cuando en cuando comparto ruta por esos lugares de ensueño, hemos bautizado el recorrido con el nombre de El Latinazo. Y así, latinazo va, latinazo viene, nos hemos convertido en locos enamorados de un barrio incomparable, donde la vida se vive de otra manera, gracias a personas como Lucio Blázquez que fueron capaces de hacer de la Cava Baja un lugar de culto.

Salón de Casa Lucio

Salón de Casa Lucio

Y es allí, en la mitad de la gran calle del tumulto, donde sigue Casa Lucio haciendo grande la gastronomía madrileña. Todo en esta casa está pensado para hacer felices a los clientes. El gran Lucio, junto a sus hijos Javier, Fernando y Mari Carmen, se desviven para que comer en su casa sea una larga e inolvidable sensación, empezando por el jamón que te ofrecen como entrante obligado, siempre de una calidad increíble, porque en Casa Lucio presumen de tener la mejor materia prima del mercado. Ahí están los sabrosísimos boquerones en vinagre formando un matrimonio perfecto con las anchoas de Santoña. O los langostinos recién llegados de Sanlúcar, rebosando frescura y calidad. Y lo más solicitado de la carta, los huevos rotos, un plato sencillo y rumboso que se ha convertido en santo y seña de la casa y cuyo secreto sigue siendo un misterio. No dejes de probar los callos, están entre los mejores de Madrid.

Huevos rotos de Casa Lucio

Huevos rotos de Casa Lucio

Y en cuanto a las carnes, todas tienen el sello de calidad extra que preside la carta de Lucio, carnes sabrosas, en su punto, con olor a categoría. Uno de los platos que me gusta pedir de cuando en cuando es el jarrete, tierno, suculento, con sus patatitas envueltas en una salsa riquísima. Todo en este restaurante es arte, sencillez y cariño. La carta es mucho más amplia, pero he elegido lo que más me ha ido gustando en mi constante búsqueda de sabores. Hay que ir a Lucio a disfrutar de la vida y de la buena mesa. Es una institución. Y todos le queremos y le admiramos. Cuando vayas, vete de mi parte y seguro que te invitan a algo.

CASA LUCIO

Cava Baja, 35 -28005 – MADRID

TFNO. 91 365 32 52

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